miércoles, 15 de octubre de 2008

Autoridad vaticana pide a obispos del mundo omitir término "Yahvé" en Liturgia

VATICANO,(ACI).- El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Cardenal Francis Arinze, envió una carta a las conferencias episcopales del mundo en la que solicita no utilizar el término "Yahvé" en las liturgias, oraciones y cantos.

La misiva se refiere precisamente al uso del nombre "YHWH" con el que se designa a Dios en el Antiguo Testamento y que en español se lee "Yahvé". En la carta, el Purpurado explica que este término debe traducirse de acuerdo al equivalente hebreo "Adonai" o del griego "Kyrios"; y pone como ejemplos traducciones aceptables en cinco idiomas: Lord (inglés), Signore (italiano), Seigneur (francés), Herr (alemán) y Señor en español.

Tras comentar que el nombre de Dios exige a los traductores un gran respeto, el Purpurado precisa que la palabra "YHWH" es "una expresión de la infinita grandeza y majestad de Dios" que se mantuvo "impronunciable y por ello fue reemplazada en la lectura de las Sagradas Escrituras con el uso de la palabra alternativa 'Adonai' que significa Señor".

Esta tradición de la traducción es importante para entender a Cristo, prosigue el Cardenal Arinze, ya que el título de "Señor" se vuelve "intercambiable entre el Dios de Israel y el Mesías de la Fe Cristiana".

"Las palabras de las Sagradas Escrituras contenidas en el Antiguo y Nuevo Testamento expresan la verdad que trasciende los límites impuestos por el tiempo y el espacio. Son la palabra de Dios expresada en palabras humanas, y por medio de estas palabras de vida, el Espíritu Santo introduce a los fieles en el conocimiento de la verdad total, y por ello la palabra de Cristo aparece ante los fieles en toda su riqueza", explica el Cardenal.

GRACIAS POR TU MISERICORDIA


Dios, me presento a Ti con toda
mi alma y el corazón descubierto.

Renuevo ante tu presencia la fe
que invade todo mi ser.
Gracias por tu inmensa misericordia
que cada día me fortalece.
Gracias porque en ningún momento
nos dejas desamparados.
Por donde quiera que vaya,
siempre encuentro personas
que reflejan tu rostro.
También te pido perdón
cuando no hago las cosas
como Tú quieres que sean.
Perdón por los momentos
en que me olvidé de tu presencia.
Gracias por ser la persona
que me habla, abraza, sonríe y
nunca me deja solo.
Gracias porque caminaré
guiándome en todos los senderos
hasta la eternidad.

Clamo a ti, Señor


Desde el abismo de mi sufrimiento
clamo a ti, Señor Jesús,

pero me parece que Tú no me oyes,
que Tú no ves la oscuridad
de mi angustia,
me parece que estas mudo,
pues no respondes a mis “porqués”.
Señor, no sé que hacer,
siento que no estás presente
en mi vida, esta vida que tantas
veces he tenido el deseo
de odiar y rechazar.
Concédeme, Señor,
la fuerza de una nueva vida,
que me permita vivir la esperanza,
en paz y en tranquilidad.