jueves, 24 de noviembre de 2011

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El hallazgo de varias monedas pone en duda que Herodes construyera el Muro de las Lamentaciones

Arqueólogos israelíes aseguran que fueron acuñadas por el procurador romano de Judea, Valerius Gratus, en el año 17/18 a.C.


EFE


Monedas de bronce que fueron acuñadas por el procurador romano de Judea
Fechado en torno al año 37 a.C, el Muro de las Lamentaciones es el lugar más representativo y sagrado del judaísmo. Durante siglos, las creencias han apuntado a la figura del rey Herodes como creador. Pero esa creencia podría verse trastocada por un reciente hallazgo. Un equipo de arqueólogos israelíes aseguran haber encontrado varias monedas antiguas acuñadas 20 años después de la muerte del rey -en el año 4 a.C.-.
Este hallazgo podría demostrar que la estructura fue terminada por sus sucesores. Los arqueólogos han descubierto monedas en el interior de una pila de rituales judíos, lo que desafía la suposición de que todas las paredes del Segundo Templo Judío fueron construídas por Herodes.
«La construcción de los muros del Monte del Templo y el de Arco de Robinson fue un gran proyecto que duró décadas y no se completó durante la vida de Herodes», según informa la Autoridad Israelí de Antigüedades (AAI) en declaraciones a «Reuters».
Esas monedas de bronce fueron acuñadas por el procurador romano de Judea, Valerius Gratus, en el año 17/18 a.C. y encontrada durante las excavaciones realizadas bajo el Muro de las Lamentaciones en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Pese a todo, el organismo ha reconocido que tenían constancia de un relato perteneciente al historiador judío Flavio Josefo, quien aseguraba que el muro fue terminado por su bisnieto.

Experimento Comparte - Acción contra el Hambre


Excelente video sobre la lucha contra el hambre, con buen sentido de humor.

Accion contra el Hambre

sábado, 19 de noviembre de 2011

Texto integro de la Exhortación Apostólica "Africae Munus"

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POSTSINODAL AFRICAE MUNUS DEL PAPA BENEDICTO XVI A LOS OBISPOS, AL CLERO, A LAS PERSONAS CONSAGRADAS Y A LOS FIELES LAICOS SOBRE LA IGLESIA EN ÁFRICA AL SERVICIO DE LA RECONCILIACIÓN, LA JUSTICIA Y LA PAZ

IDEAS CLAVES Y OPERATIVAS DE “AFRICAE MUNUS”

CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).-Ofrecemos a continuación un resumen de los puntos centrales de la Exhortación Apostólica Post-sinodalAfricae Munus, presentada por el arzobispo Nicola Eterović, Secretario General del Sínodo de los Obispos.

  La exhortación se compone de dos partes. En la primera parte (nn. 14-96), se disciernen las estructuras base de la misión  eclesial en el continente que  aspira a la reconciliación, la justicia y la paz, y que tiene como fuente, la persona de Jesucristo. Escuchándole, los cristianos están invitados a dejarse reconciliar con Dios (cf. 2 Cor 5, 20b), a ser justos para construir un orden social justo, de acuerdo con la lógica de las Bienaventuranzas, comprometiéndose en el servicio fraterno por  amor a la verdad, fuente de la paz. Por lo tanto, también  se indican los campos  para la reconciliación, la justicia y la paz, como una verdadera conversión, la celebración del Sacramento de la Reconciliación, una espiritualidad de comunión,  la enculturación del Evangelio, la protección de la vida, los migrantes, los prófugos y los refugiados, el buen gobierno de los Estados, el diálogo ecuménico e interreligioso, especialmente con las religiones tradicionales y el Islam. En la segunda parte (nn. 97-177), todos los miembros de la Iglesia son invitados a contribuir a la paz y a la comunión en la Iglesia y en la sociedad. También se muestran las áreas de apostolado: la Iglesia como presencia activa y eficaz de Jesucristo; el mundo de la educación, de la salud y los medios de comunicación. La exhortación  abre los horizontes de la esperanza a África que, acogiendo  a  Jesucristo debe emanciparse de las fuerzas que la  paralizan.

 “Africae Munus” se encuentra en continuidad con Ecclesia in Africa, fruto de la I Asamblea Especial para África, que dio un gran impulso al crecimiento de la Iglesia en África, desarrollando, entre otras cosas, la idea de  Iglesia Familia de Dios, para el beneficio de la Iglesia universal. “Africae Munus” quiere reforzar ese dinamismo eclesial, indicando  el programa de la actividad pastoral en las próximas décadas de la evangelización del gran continente africano, haciendo hincapié en la urgente necesidad de la reconciliación, la justicia y la paz.

  La Iglesia, sacramento de la unión con Dios y con los hombres, debe ser el lugar de la reconciliación, don de Dios, para ser un instrumento eficaz de la justicia y la paz de toda la sociedad. La reconciliación proviene del misterio de Jesucristo resucitado, presente en su Iglesia a través de la Palabra de Dios y los Sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Eucaristía. En la gracia del Espíritu, la Eucaristía establece una nueva hermandad que trasciende idiomas, culturas, grupos étnicos, divisiones,  tribalismo,  racismo y  etnocentrismo. En su obra de evangelización y educación en la fe cristiana, la Iglesia debe poner el acento en una catequesis vivida que conduzca a una conversión profunda y a un compromiso efectivo de vivir el Evangelio a nivel personal familiar y social.  Para apoyar la promoción humana, es de gran ayuda la Doctrina Social de la Iglesia.

Africae Munus” ofrece  a la Iglesia en África guías prácticas  para la actividad pastoral en las próximas décadas.

- Sigue siendo urgente la evangelización ad gentes en África, el anuncio del Evangelio a quienes todavía no conocen a Jesucristo. Es la prioridad pastoral que involucra a todos los cristianos de África.

- También se debe animar, cada vez mejor, la evangelización ordinaria en las respectivas Iglesias particulares, comprometiéndose en promover la reconciliación, la justicia y la paz.

- Urge también trabajar por la nueva evangelización en África, especialmente de aquellos que se han apartado de la iglesia o no siguen la conducta cristiana. Los cristianos africanos, en particular el clero y los miembros de la  vida consagrada, están llamados a apoyar la nueva evangelización también en los  países secularizados. Se trata de un intercambio de dones, dado que  misioneros africanos  ya actúan  en los países de los cuales vinieron los misioneros a anunciar  la Buena Nueva en África.

Entre las diversas propuestas operativas de “Africae Munus”  hay que señalar:

- Los santos, personas  reconciliadas  con Dios y con el  prójimo, son los artífices ejemplares  de la justicia y los apóstoles de la paz. La Iglesia -cuyos miembros están llamados a la santidad- debe encontrar un nuevo fervor,  propio de los numerosos santos y mártires, confesores y vírgenes del continente africano, cuyo culto es necesario renovar y promover (véase AM 113).

- Para tener más ejemplos actuales y, además, nuevos intercesores en el cielo, se insta  a los pastores de las Iglesias particulares a “identificar aquellos siervos africanos del Evangelio que pueden ser canonizados según las normas de la Iglesia” (AM 114).

- Asimismo, se deben fortalecer ulteriormente  los vínculos de comunión entre el Santo Padre y los Obispos de África, así como entre los obispos del continente a nivel nacional, regional y continental.

- Se espera que “los Obispos se comprometan ante todo a promover  y sostener efectiva y afectivamente el Simposium de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECEAM) como una estructura continental de solidaridad y comunión eclesial.” (AM 107).

- Para profundizar en el misterio de la Eucaristía y para aumentar la devoción a la Eucaristía, se respalda la propuesta de los Padres sinodales para celebrar un Congreso Eucarístico Continental (ver AM 153).

- Se anima a la celebración anual en distintos países africanos  de “un día o una semana de reconciliación, particularmente durante el Adviento o la Cuaresma”. (AM 157).

- De acuerdo con la Santa Sede, el SECEAM podría contribuir al lanzamiento de un “Año de la reconciliación de alcance continental, para pedir a Dios un perdón especial por todos los males y ofensas que los seres humanos se han infligido en África unos a otros, y para que se reconcilien las personas y los grupos que han sido heridos en la Iglesia y en el conjunto de la sociedad” (AM 157).

  La Iglesia en África, grata  por el don de la fe en el Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se compromete con renovado impulso en la evangelización y en la promoción humana, para que todo el continente se transforme en un vasto campo de  reconciliación, de  justicia y  de  paz. De esta manera, la Iglesia contribuye a forjar a la nueva África, llamada a ser cada vez más "pulmón espiritual" de la humanidad.

FIRMA DE LA EXHORTACION APOSTOLICA POSTSINODAL AFRICAE MUNUS

CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).-A las 12.00, el Santo Padre se trasladó en papamóvil a la basílica de la Inmaculada Concepción de Ouidah, la primera catedral de África Occidental (inaugurada en 1909) y punto de partida para la evangelización de esa región.

     A su llegada el Papa fue acogido por el rector de la basílica que lo acompañó en la adoración del Santísimo Sacramento. En el templo estaban presentes los miembros del Consejo Especial para África del Sínodo de los Obispos así como el Secretario General del Sínodo, el arzobispo Nicola Eterović a quienes Benedicto XVI dio las gracias por su aportación a reunir los resultados de la Asamblea Sinodal de cara a la publicación de la Exhortación apostólica “Africae  Munus”.

     “Hoy, con la firma de la Exhortación Africae munus -dijo el Papa, hablando en inglés- se concluye la celebración del acontecimiento Sinodal. Este ha movilizado a la Iglesia católica en África, que ha rezado, reflexionado y debatido sobre el tema de la reconciliación, la justicia y la paz. En este proceso, ha habido una singular cercanía entre el Sucesor de Pedro y las Iglesias particulares en África.”.

   “La Segunda Asamblea especial para África del Sínodo de los Obispos se ha beneficiado de la Exhortación apostólica postsinodal “Ecclesia in Africa” del beato Juan Pablo II, en la que se subrayó con fuerza la urgencia de la evangelización del continente, que no puede separarse de la promoción humana -prosiguió en francés-  Por otra parte, se ha desarrollado el concepto de Iglesia-Familia de Dios. Este último ha producido muchos frutos espirituales para la Iglesia católica y para el trabajo de evangelización y promoción humana que ella ha puesto en práctica para la sociedad africana en su conjunto”.

  “Teniendo en cuenta este horizonte eclesial, la Segunda Asamblea especial para África se centró en el tema de la reconciliación, la justicia y la paz. Estos son puntos importantes para el mundo en general, pero adquieren una actualidad muy especial en África. Baste recordar las tensiones, violencia, guerras, injusticias, abusos de todo tipo, nuevos y viejos, que han marcado este año. El tema principal se refería a la reconciliación con Dios y con el prójimo. Una Iglesia reconciliada en su interior y entre sus miembros puede convertirse en signo profético de reconciliación en el ámbito social, de cada país y de todo el continente”

 “Jamás se ha de abandonar la búsqueda de caminos para la paz (...) Para lograrla, hay que tener la valentía de la reconciliación que viene del perdón, del deseo de recomenzar la vida en común, de la visión solidaria del futuro, de la perseverancia para superar las dificultades. Reconciliados y en paz con Dios y el prójimo, los hombres pueden trabajar por una mayor justicia en la sociedad”, observó el pontífice en portugués

  “África, tierra de un nuevo Pentecostés, ¡ten confianza en Dios!  Animada por el Espíritu de Jesucristo resucitado, hazte la gran familia de Dios, generosa con todos tus hijos e hijas, artífices de reconciliación, de paz y de justicia. África, Buena Nueva para la Iglesia, ¡haz que lo sea para todo el mundo!”, concluyó.

     Terminada su breve alocución, el Papa firmó la Exhortación Apostólica Post-sinodal y bendijo a los presentes y finalizada la ceremonia  se trasladó en automóvil a la nunciatura apostólica de Cotonou, distante 45 kilómetros de Ouidah.
PV-BENIN/        VIS 20111119 (560)

SIN LA LÓGICA DE LA SANTIDAD, EL SACERDOCIO ES UNA SIMPLE FUNCIÓN SOCIAL

CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).-Hacia las 11 de la mañana, el Santo Padre llegó al seminario de San Galo, en Ouidah, donde visitó las tumbas del cardenal Bernardin Gantin, primer africano jefe de un dicasterio de la Curia romana; y de su maestro Mons. Louis Parisot, S.M.A., primer arzobispo de Cotonou y vicario apostólico de Dahomey y Ouidah.

  En el patio del antiguo seminario, centenares de  sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y laicos esperaban a Benedicto XVI. El Papa expresó su alegría por encontrarse de nuevo con ellos, así como su gratitud por la labor pastoral que realizan, a menudo en condiciones difíciles.

  Refiriéndose a la Exhortación apostólica postsinodal “Africae munus”, el Pontífice recordó que en ella se abordan los temas de la paz, la justicia y la reconciliación, y afirmó: “Estos tres valores se imponen como un ideal evangélico fundamental en la vida bautismal, y requieren una sana aceptación de vuestra identidad de sacerdotes, consagrados y fieles laicos”.

  A los sacerdotes dijo que “la responsabilidad de promover la paz, la justicia y la reconciliación, os incumbe de una manera muy particular. En efecto, por la sagrada ordenación que recibisteis, y por los sacramentos que celebráis, estáis llamados a ser hombres de comunión. (...) Os animo a dejar trasparentar a Cristo en vuestra vida mediante una auténtica comunión con el obispo, una bondad real hacia vuestros hermanos, una profunda solicitud por cada bautizado y una gran atención hacia cada persona. Dejándoos modelar por Cristo, no cambiéis jamás la belleza de vuestro ser sacerdotes por realidades efímeras, a veces malsanas, que la mentalidad contemporánea intenta imponer a todas las culturas”.

  En sus palabras a los religiosos, destacó que “la vida consagrada es un seguimiento radical de Jesús. Que vuestra opción incondicional por Cristo os conduzca a un amor sin fronteras por el prójimo. (...) Pobreza, obediencia y castidad aumenten en vosotros la sed de Dios y el hambre de su Palabra, que, al crecer, se convierte en hambre y sed para servir al prójimo hambriento de justicia, paz y reconciliación”.

  Benedicto XVI advirtió a los seminaristas: “Sin la lógica de la santidad, el ministerio no es más que una simple función social. (...) Ante los retos de la existencia humana, el sacerdote de hoy como el de mañana -si quiere ser testigo creíble al servicio de la paz, la justicia y la reconciliación- debe ser un hombre humilde y equilibrado, prudente y magnánimo”.

  Los fieles laicos, también están llamados a ser “sal de la tierra y luz del mundo” en medio de la realidad cotidiana, contribuyendo a la paz, la justicia y la reconciliación.  Esta tarea requiere, en primer lugar, “fe en la familia construida según el designio de Dios, y una fidelidad a la esencia misma del matrimonio cristiano. (...) Gracias a la fuerza de la oración, ‘se transforma y se mejora gradualmente la vida personal y familiar, se enriquece el diálogo, se transmite la fe a los hijos, se acrecienta el gusto de estar juntos y el hogar se une y consolida más’ (...) Haciendo reinar en vuestras familias el amor y el perdón, contribuís a la edificación de una Iglesia fuerte y hermosa, y a que haya más justicia y paz en toda la sociedad”.
  Los catequistas, “valientes misioneros en el corazón de las realidades más humildes”, han de ofrecer “con esperanza y determinación indefectibles, su ayuda singular y del todo necesaria para la propagación de la fe en fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia”.

  Para terminar, el Pontífice subrayó que “el amor por el Dios revelado y por su Palabra, el amor por los sacramentos y por la Iglesia, son un antídoto eficaz contra los sincretismos que extravían. Este amor favorece una justa integración de los valores auténticos de las culturas en la fe cristiana. Libera del ocultismo y vence los espíritus maléficos, porque se mueve por la potencia misma de la Santa Trinidad. Vivido profundamente, este amor es también un fermento de comunión que rompe todas las barreras, favoreciendo así la edificación de una Iglesia en la que no haya segregación entre los bautizados, pues todos son uno en Cristo Jesús”.

  Tras la oración final, Benedicto XVI se trasladó a la basílica de la Inmaculada Concepción de Ouidah para firmar la Exhortación apostólica postsinodal “Africae munus”.
PV-BENIN/                                                  VIS 20111119 (730)

¡NO PRIVEIS A VUESTROS PUEBLOS DE LA ESPERANZA!

CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).- Benedicto XVI llegó poco antes de las 9.00 al Palacio Presidencial de Cotonou, construido en 1960 con motivo de la proclamación de la independencia de Benin de Francia, donde tuvo lugar el encuentro con los miembros del gobierno, de las instituciones de la república, del cuerpo diplomático y de los representantes de las diversas religiones. El Papa fue acogido por el Presidente de Benin, Thomas Yayi Boni y, tras saludar a los presentes, pronunció un discurso del que ofrecemos amplios extractos.

 “Cuando digo que África es el continente de la esperanza, no hago retórica fácil, sino expreso simplemente una convicción personal, que es también de la Iglesia. Con demasiada frecuencia nuestra mente se queda en prejuicios o imágenes que dan una visión negativa de la realidad africana, fruto de un análisis pesimista. Es siempre tentador señalar lo que está mal; más aún, es fácil adoptar el tono del moralista o del experto, que impone sus conclusiones y propone, a fin de cuentas, pocas soluciones adecuadas. Existe también la tentación de analizar la realidad africana de manera parecida a la de un antropólogo curioso, o como alguien que no ve en ella más que una enorme reserva de energía, minerales, productos agrícolas y recursos humanos fáciles de explotar para intereses a menudo escasamente nobles. Estas son visiones reduccionistas e irrespetuosas, que llevan a una cosificación nada correcta para África y sus gentes”.

  “Hablar de la esperanza es hablar del porvenir y, por tanto, de Dios (...) En este terreno, compuesto de múltiples elementos contradictorios y complementarios, es donde se trata de construir con la ayuda de Dios. (...) Quisiera leer a la luz de esta esperanza que nos debe animar, dos aspectos importantes de África en la actualidad. El primero se refiere a la vida sociopolítica y económica del continente en general; el segundo al diálogo interreligioso”.

  “En los últimos meses, muchos han expresado su deseo de libertad, su necesidad de seguridad material y su deseo de vivir en armonía en la diferencia de etnias y religión. Ha nacido incluso un nuevo Estado en vuestro continente. También ha habido muchos conflictos provocados por la ceguera del hombre, por sus ansias de poder y por intereses político-económicos que ignoran la dignidad de la persona o de la naturaleza (...)  Estos males afligen ciertamente vuestro continente, pero también al resto del mundo. Toda nación quiere entender las decisiones políticas y económicas que se toman en su nombre. Se da cuenta de la manipulación, y la revancha es a veces violenta. Desea participar en el buen gobierno. Sabemos que ningún régimen político humano es perfecto, y que ninguna decisión económica es neutral. Pero siempre deben servir al bien común. Por tanto, estamos ante una reivindicación legítima, que afecta a todos los países, de una mayor dignidad y, sobre todo, de más humanidad. El hombre quiere que su humanidad sea respetada y promovida. Los responsables políticos y económicos de los países se encuentran ante decisiones determinantes y opciones que no pueden eludir”.

Enfoque ético de las responsabilidades políticas y económicas

  “Desde esta tribuna, hago un llamamiento a todos los líderes políticos y económicos de los países africanos y del resto del mundo. No privéis a vuestros pueblos de la esperanza. No amputéis su porvenir mutilando su presente. Tened un enfoque ético valiente en vuestras responsabilidades y, si sois creyentes, rogad a Dios que os conceda sabiduría. (...) El poder, de cualquier tipo que sea, ciega fácilmente, sobre todo cuando están en juego intereses privados, familiares, étnicos o religiosos. Sólo Dios purifica los corazones y las intenciones”.

  “La Iglesia no ofrece soluciones técnicas ni impone fórmulas políticas. Ella repite: No tengáis miedo. La humanidad no está sola ante los desafíos del mundo. Dios está presente. Y este es un mensaje de esperanza, una esperanza que genera energía, que estimula la inteligencia y da a la voluntad todo su dinamismo (...) La esperanza es comunión. ¿No es este un camino espléndido que se nos propone? Invito a emprenderlo a todos los responsables políticos, económicos, así como del mundo académico y de la cultura. Sed también vosotros sembradores de esperanza”.

Diálogo interreligioso

  “No parece necesario recordar los recientes conflictos  provocados en nombre de Dios, y las muertes causadas en nombre de Aquel que es la vida. Toda persona sensata comprende la necesidad de promover la cooperación serena y respetuosa entre las diferentes culturas y religiones. El auténtico diálogo interreligioso rechaza la verdad humanamente egocéntrica, porque la sola y única verdad está en Dios. (...) Por tanto, ninguna religión, ninguna cultura puede justificar que se invoque o se recurra a la intolerancia o a la violencia. La agresividad es una forma de relación bastante arcaica, que se remite a instintos fáciles y poco nobles. Utilizar las palabras reveladas, las Sagradas Escrituras o el nombre de Dios para justificar nuestros intereses, nuestras políticas tan fácilmente complacientes o nuestras violencias, es un delito muy grave”.

 “Sólo puedo conocer al otro si me conozco a mí mismo. Por tanto,  el conocimiento, la profundización y la práctica de su propia religión es esencial para un verdadero diálogo(...)  Por eso conviene que cada uno se sitúe en la verdad ante Dios y ante el otro. Esta verdad no excluye, y no comporta una confusión. El diálogo interreligioso mal entendido conduce a la confusión o al sincretismo. No es este el diálogo que se busca”.

  “Sabemos también que a veces el diálogo interreligioso no es fácil, o incluso inviable por diversas razones. Esto no significa un fracaso. Las formas de diálogo interreligioso son múltiples. La cooperación en el ámbito social o cultural pueden ayudar a las personas a comprenderse mejor a sí mismas y a vivir juntos con serenidad. También es bueno saber que no se dialoga por debilidad, sino porque se cree en Dios. El diálogo es una forma más de amar a Dios y al prójimo, sin renunciar a lo que se es”.

Promover una pedagogía del diálogo

  “Tener esperanza no es ser ingenuo, sino hacer un acto de fe en un futuro mejor. La Iglesia Católica pone así en práctica una de las intuiciones del Concilio Vaticano II, la promoción de las relaciones amistosas entre ella y los miembros de religiones no cristianas (...) Saludo a todos los líderes religiosos que han tenido la amabilidad de venir aquí para encontrarme. Deseo asegurarles, así como a los de otros países africanos, que el diálogo ofrecido por la Iglesia Católica nace del corazón. Les animo a promover, especialmente entre los jóvenes, una pedagogía del diálogo, de modo que descubran que la conciencia de cada uno es un santuario que se ha de respetar, y que la dimensión espiritual construye la hermandad”.

  “Por último, quisiera utilizar la imagen de la mano. Esta compuesta por cinco dedos muy diferentes entre sí. Sin embargo, cada uno de ellos es esencial y su unidad forma la mano. El buen entendimiento entre las culturas, la consideración no altiva de unos hacia otros y el respeto de los derechos de cada uno, son un deber vital. Se ha de enseñar esto a todos los fieles de las diversas religiones. El odio es un fracaso, la indiferencia un callejón sin salida y el diálogo una apertura. ¿No es ese el buen terreno donde sembrar la simiente de la esperanza? Tender la mano significa esperar a llegar, en un segundo momento, a amar (...) Junto con el corazón y la mente, también la mano puede hacerse un instrumento de diálogo. Puede hacer florecer la esperanza, sobre todo cuando la mente balbucea y el corazón recela”.

  “Tener miedo, dudar y temer, acomodarse en el presente sin Dios, y también el no tener nada que esperar, son actitudes ajenas a la fe cristiana y también, creo yo, a cualquier otra creencia en Dios (...) Siguiendo los pasos de Pedro, del que soy sucesor, deseo que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios Estos son los votos que formulo para toda África, que me es tan querida. ¡Ten confianza, África, y levántate. El Señor te llama!”

   Finalizado su discurso, el Papa sostuvo un breve coloquio con el  Presidente de la República en su estudio privado en el transcurso del cual tuvo lugar un intercambio de regalos. Asimismo, Benedicto XVI firmó en el Libro de Oro y saludó a los familiares de Thomas Yayi Boni.
PV-BENIN/        VIS 20111119 (1400)

EL PAPA REZA POR LOS NIÑOS VÍCTIMAS DEL HAMBRE Y LA GUERRA

CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).-El Santo Padre visitó ayer por la tarde la catedral de Cotonou, dedicada a Nuestra Señora de la Misericordia. A su llegada en papamóvil, fue acogido por numerosos fieles.

  Benedicto XVI se detuvo un momento en oración ante el Santísimo Sacramento, y a continuación visitó las tumbas de dos arzobispos de Cotonou, Isidore de Sousa y Christophe Adimou. Tras el “Te Deum” y el saludo del actual arzobispo, Antoine Ganyé, el Pontífice pronunció un discurso. Recordando a los dos arzobispos fallecidos, dijo que “fueron valerosos operarios de la viña del Señor; su recuerdo está aún vivo en el corazón de los católicos y de numerosos habitantes de Benín. Estos dos prelados fueron, cada uno a su modo, pastores llenos de celo y caridad. Se dedicaron, sin ahorrar esfuerzos, al servicio del Evangelio y del Pueblo de Dios, especialmente de las personas más vulnerables. Todos vosotros sabéis que Mons. de Sousa fue amigo de la verdad, y que desempeñó un papel determinante en la transición democrática de vuestro país”.

  “Os invito a meditar un momento sobre la misericordia infinita de Dios. (...) La historia de la Salvación, que culmina con la Encarnación de Jesús y se cumple plenamente en el Misterio pascual, es una espléndida revelación de la misericordia divina, (...) que no consiste solamente en la remisión de nuestros pecados, sino también en el hecho de que Dios, nuestro Padre, nos reconduce -a veces no sin dolor, aflicción y temor por nuestra parte-, al camino de la verdad y de la luz, porque no quiere que nos perdamos. (...) Releyendo la historia personal de cada uno y la de la evangelización de nuestros países, podemos decir con el salmista: ‘Cantaré eternamente la misericordia del Señor’”.

  “La Virgen María experimentó al máximo el misterio del amor divino. (...) Mediante su ‘sí’ a la llamada de Dios, contribuyó a la manifestación del amor divino entre los hombres. En este sentido, es Madre de Misericordia por participación en la misión de su Hijo; y ha recibido el privilegio de poder socorrernos siempre y en cualquier lugar. (...) En María tenemos un modelo de perfección y una ayuda para realizar la comunión con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. Madre de Misericordia, ella es una guía segura para los discípulos del Hijo que quieren ponerse al servicio de la justicia, de la reconciliación y de la paz. (...). No tengamos miedo de invocar con confianza a aquélla que no cesa de dispensar a sus hijos las gracias divinas”.

  A continuación, Benedicto XVI rogó a Nuestra Señora que interceda por los niños víctimas del hambre y de la guerra, por los enfermos, los afligidos, los pecadores, por África y por toda la humanidad, para que obtenga la salvación y la paz.

  La visita concluyó con el rezo del Padre Nuestro y la Salve, y el Papa se trasladó en automóvil hasta la Nunciatura Apostólica.
PV-BENIN/                                        VIS 20111119 (490)

AFRICA, RESERVA DE VITALIDAD PARA EL FUTURO


CIUDAD DEL VATICANO, 18 NOV 2011 (VIS).-Durante el vuelo hacia Benín, el Santo Padre respondió a las preguntas que realizó el P. Federico Lombardi, S.I., director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en nombre del medio centenar de periodistas presentes en el avión.

  En cuanto a la razón por la que se ha escogido Benín para lanzar el mensaje de la Exhortación Postsinodal “Africae Munus”, dirigido a toda África, Benedicto XVI explicó que “existen diversos motivos. El primero es que Benín es un país que vive en paz. Las instituciones democráticas funcionan, están realizadas con espíritu de libertad y responsabilidad, y por tanto la justicia y el trabajo para el bien común son posibles y están garantizados. (...) La segunda razón es que, como en la mayor parte de los países africanos, se da una presencia de diversas religiones que conviven pacíficamente. Hay cristianos, musulmanes y religiones tradicionales, y todos ellos viven en el respeto recíproco y en la responsabilidad común por la paz, por la reconciliación interna y externa. El diálogo interreligioso como factor de paz y libertad es un aspecto importante, también en la Exhortación apostólica postsinodal”.

  “Por último, Benín es la nación de mi querido amigo el cardenal Bernardin Gantin, y he deseado siempre poder rezar un día en su tumba. Fue verdaderamente un buen amigo mío y un gran representante del África católica y del África humana y civil”.

  Otra pregunta trasladada por el P. Lombardi hizo referencia al creciente éxito en África de las iglesias evangélicas o pentecostales, “que proponen una fe atrayente, una gran simplificación del mensaje cristiano, insisten en las curaciones y mezclan sus cultos con los tradicionales”; y la respuesta que puede dar la Iglesia católica a este desafío. El Papa señaló que se trata de un fenómeno presente en todos los continentes, especialmente en América Latina y África; estas comunidades se caracterizan por sus pocas instituciones, un mensaje fácil, simple y comprensible, y “la liturgia participativa, con expresión de los propios sentimientos, de la propia cultura y combinaciones sincretistas entre religiones. Todo ello por una parte garantiza el éxito, pero por otra implica poca estabilidad. Sabemos que muchos regresan a la Iglesia católica, o pasan de una comunidad a otra”.

  “No debemos imitar estas comunidades -continuó el Pontífice-, sino preguntarnos qué podemos hacer nosotros para dar nueva vitalidad a la fe católica. Un primer punto es, sin duda, un mensaje simple, profundo y comprensible; es importante que el cristianismo no aparezca como un sistema difícil, europeo (...) sino como un mensaje universal de que Dios existe, nos conoce y nos ama, y que la religión produce colaboración y fraternidad”.

  “Luego, es también importante que la institución no sea demasiado pesada, que prevalezca la iniciativa de la comunidad y de la persona. Y mencionaría asimismo una liturgia participativa pero no sentimental: no debe basarse solo en la expresión de los sentimientos, sino que ha de estar caracterizada por la presencia del misterio en el que entramos, por el que nos dejamos formar. Por último, diría que es muy importante no perder universalidad en la enculturación. Yo preferiría hablar de interculturalidad más que de enculturación, es decir, de un encuentro de las culturas en la verdad común de nuestro ser humano en nuestro tiempo, para así crecer en la fraternidad universal. No hay que perder la catolicidad: que en todo el mundo somos hermanos, somos una familia que se conoce y que colabora con espíritu de fraternidad”.

  La tercera pregunta tuvo por objeto el mensaje y la aportación específica de la Iglesia a la construcción de una paz duradera en el continente africano a la luz de las diversas iniciativas de “peacekeeping” y de reconstrucción nacional en varias naciones africanas.

   “Es verdad que ha habido muchas conferencias internacionales para África, para la  fraternidad universal -dijo el Papa-. Gracias a ellas se han dicho y a veces se han hecho cosas realmente buenas. Pero, indudablemente, las palabras y las intenciones son más grandes que la puesta en práctica de las mismas, y tendríamos que preguntarnos el porqué. Creo que un factor clave es que esa renovación y esa fraternidad universal requieren renuncias y superación del egoísmo; algo fácil de decir pero difícil de lograr. (...) Sólo con el amor y el conocimiento de un Dios que nos ama, que nos da, nos atrevemos a perder la vida, a dar, porque sabemos que así es como se gana”.

  A continuación, el Santo Padre explicó por qué cree que África puede aportar fe y esperanza al resto del mundo. “La humanidad -dijo- está en un proceso de transformación cada vez más rápido, y en África sucede lo mismo.  En estos últimos 50-60 años, ese proceso ha sido difícil para África, partiendo de la independencia y pasando por el colonialismo hasta llegar a nuestros días. Los problemas que todo ello ha originado no se han superado todavía. (...)  Sin embargo, la frescura del sí a la vida que hay en África (...), su entusiasmo y su esperanza demuestran que hay una reserva humana,  que el sentido religioso y la esperanza todavía son frescos. Yo diría que existe un humanismo fresco en el alma joven de África. A pesar de todos los problemas que hay y que habrá,  el continente es una reserva de vida y de vitalidad para el futuro sobre la que podemos contar”.
PV-BENIN/        VIS 20111119 (920)

viernes, 18 de noviembre de 2011

¿Quien fue el Cardenal Bernardin Gantin?

Fuente : ACIPRENSA


Bernardin GANTIN
Prefecto emérito de la Congregación para los Obispos y Decano emérito del Colegio de Cardenales
Nacimiento: Nació el 8 de mayo de 1922, Toffo, arquidiócesis de Cotonou, en Benin (luego Dahomey).
Educación: Estudió en el Seminario de Ouidah; y en la Pontificia Universidad Urbaniana, en Roma.
Sacerdocio: Ordenado el 14 de enero de 1951, en Cotonou. Fue miembro de la facultad del Seminario de Quidah y trabajó pastoralmente en la Arquidiócesis de Cotonou, de 1951 a 1953. Continuó sus estudios de 1953 a 1956, en Roma.
Episcopado: Elegido Obispo titular de Tipasa di Mauritania y nombrado auxiliar de Cotonou, el 11 de diciembre de 1956. Consagrado, el 3 de febrero de 1957, en Ciudad del Vaticano, por el Cardenal Eugène Tisserant, Obispo de Ostia y Porto e Santa Rufina, decano del Sacro Colegio de Cardenales, Prefecto de S.C. para Ceremonial y Bibliotecario y Archivero de la Iglesia Santa Romana. Promovido a la sede metropolitana de Cotonou, el 5 de enero de 1960. Asistió al Concilio Vaticano II, de 1962 a 1965. Asistió a la I Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 29 de septiembre al 29 de octubre de 1967; a la I Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 11 al 28 de octubre de 1969. Fue nombrado secretario adjunto de la S.C. para la Evangelización de los Pueblos, el 5 de marzo de 1971. Renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis, el 28 de junio de 1971. Fue nombrado secretario de la S.C. para Evangelización de los Pueblos, el 26 de febrero de 1973. Vicepresidente de la Pontificia Comisión Iustitia et Pax, el 19 de diciembre de 1975; fue nombrado pro-presidente de la misma, el 16 de diciembre de 1976.
Cardenalato: Creado Cardenal diácono, el 27 de junio de 1977; recibió la birreta roja y la diaconía del Sacro Cuore di Cristo Re, el 27 de junio de 1977. Presidente de la Pontificia Comisión Iustitia et Pax, el 29 de junio de 1977. Asistió a la IV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, del 30 de septiembre al 29 de octubre de 1977. Presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, el 4 de septiembre de 1978. Participó en el cónclave del 25 al 26 de agosto de 1978. Participó en el cónclave del 14 al 16 de octubre de 1978. Enviado especial del Papa a la celebración del centenario del nacimiento de San Pedro Claver, en Cartagena, Colombia, el 24 de junio de 1980. Asistió a la V Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, del 26 de septiembre al 25 de octubre de 1980; fue uno de los tres presidentes delegados. Legado pontificio al XLII Congreso Eucarístico Internacional, del 16 al 23 de julio de 1981, en Lourdes, Francia. Asistió a la VI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 29 de septiembre al 28 de octubre de 1983. Renunció a las presidencias de la comisión y del consejo, el 8 de abril de 1984. Fue nombrado prefecto de la S.C. para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, el 8 de abril de 1984. Optó por el orden de los cardenales presbíteros y su diaconía fue elevada, pro illa vice, a título, el 25 de junio de 1984. Enviado especial del Papa a las celebraciones del 150º aniversario del comienzo de la evangelización en la Arquidiócesis de Papetee, Tahiti, en la Polynesia Francesa, el 10 de agosto de 1984. Asistió a la II Asamblea Extraordinaria del Sínodo Mundial de los Obispos, Ciudad del Vaticano, del 24 de noviembre al 8 de diciembre 1985. Nombrado Obispo titular de la sede suburbicaria de Palestrina, el 29 de septiembre de 1986. Enviado especial del Papa a la celebración del I centenario de la evangelización, Port-Vila, en la República de Vanuatu, el 8 de septiembre, 1987. Asistió a la VII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 1 al 30 de octubre de 1987; a la VIII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 30 de septiembre al 28 de octubre de 1990; a la I Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 28 de noviembre al 14 de diciembre de 1991; a la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, en Santo Domingo, República Dominicana, del 12 al 28 de octubre de 1992. Decano del Colegio de Cardenales y Obispo del título de la sede suburbicaria de Ostia, el 5 de junio de 1993. Enviado especial del Papa a la inauguración del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Campinas, Brasil, el 12 de diciembre de 1993. Asistió a la Asamblea Especial para Africa del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, del 10 de abril al 8 de mayo de 1994; a la IX Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la Ciudad Vaticana, del 2 al 29 de octubre de 1994. Enviado especial del Papa al entierro de Pierre Lucien Claverie, Obispo de Oran, en Algiers, muerto en la explosión de una bomba, en Oran, Argelia, el 5 de agosto de 1996. Asistió a la Asamblea Especial para América del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 16 de noviembre al 12 de diciembre de 1997; a la Asamblea Especial para Asia del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 19 de abril al 18 de mayo de 1998. Renunció a la prefectura y a la presidencia, el 25 de junio de 1998. Asistió a la Asamblea Especial para Oceanía de Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 22 de noviembre al 12 de diciembre de 1998. Representante especial del Papa en el entierro del Rey Hassan II de Marruecos, en Rabat, el 25 de julio de 1999. Asistió a la II Asamblea Especial para Europa del Sínodo de los Obispos, en Ciudad del Vaticano, del 1 al 23 de octubre de 1999. Enviado especial del Papa para el Congreso Eucarístico Nacional de Haití, Puerto Príncipe, 1-3 de diciembre de 2000. Enviado especial del Papa para la clausura de las celebraciones de la evangelización de Burkina Faso, Ouagadougou, 21 de enero de 2001. Asistió a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo Mundial de Obispos, Ciudad del Vaticano, 30 de septiembre a 27 de octubre de 2001. Perdió el derecho a participar en el cónclave cuando alcanzó los 80 años de edad, 8 de mayo de 2002. Renunció al decanato del Colegio de Cardenales y al título de de la suburbicariana sede de Ostia, y pasó a ser decano emérito el 30 de noviembre de 2002. Retornó a Benin, 4 de diciembre de 2002.

El Cardenal Bernardin Gantin fue llamado a la casa del Padre el 13 de mayo de 2008.

Visita a la Catedral de Cotonou

Señores Cardenales,
Señor Arzobispo y queridos hermanos en el Episcopado,
Señor Rector de la catedral,
Queridos hermanos y hermanas

El antiguo himno del Te Deum que acabamos de cantar, expresa nuestra alabanza a Dios tres veces santo, que nos reúne en esta hermosa catedral de Nuestra Señora de la Misericordia. Rendimos homenaje con reconocimiento a los arzobispos precedentes que aquí reposan: Monseñor Christophe Adimou y Monseñor Isidore de Sousa. Fueron valerosos trabajadores en la viña del Señor, y su recuerdo sigue vivo en el corazón de los católicos y de numerosos Benineses. Estos dos prelados, cada uno a su manera, fueron pastores llenos de celo y caridad. Se entregaron sin reservas al servicio del Evangelio y del Pueblo de Dios, especialmente de los más desvalidos. Todos ustedes saben que Monseñor de Sousa era un amigo de la verdad y que desempeñó un papel determinante en la transición a la democracia de vuestro país.
Mientras alabamos a Dios por las maravillas con las que sigue colmando a la humanidad, les invito a meditar por un momento en su infinita misericordia. Esta catedral se presta providencialmente a ello. La historia de la salvación, que culmina en la encarnación de Jesús y tiene su pleno cumplimiento en el misterio pascual, es una revelación conmovedora de la misericordia de Dios. En el Hijo se hace visible el «Padre de las misericordias» (2 Co 1,3) que, siempre fiel a su paternidad, «es capaz de inclinarse hacia todo hijo pródigo, toda miseria humana y singularmente hacia toda miseria moral o pecado» (Juan Pablo II,
Dives in misericordia, 6). La misericordia divina no consiste sólo en la remisión de nuestros pecados; consiste también en que Dios, nuestro Padre, a veces con dolor, tristeza o miedo por nuestra parte, nos devuelve al camino de la verdad y de la luz, porque no quiere que nos perdamos (cf. Mt 18,14; Jn 3,16). Esta doble manifestación de la misericordia de Dios muestra lo fiel que es Dios a la alianza sellada con todo cristiano en el bautismo. Al releer la historia personal de cada uno y la de la evangelización de nuestros países, podemos decir con el salmista: «Cantaré eternamente las misericordias del Señor» (Sal 88,2).
La Virgen María experimentó el misterio del amor divino en su más alto grado: «Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación» (Lc 1,50), exclama en su Magnificat. Por su «sí» a la llamada de Dios, ha contribuido a la manifestación del amor divino entre los hombres. En este sentido, ella es Madre de la Misericordia por su participación en la misión de su Hijo; y ha recibido el privilegio de socorrernos siempre y en todo lugar. «Por su múltiple intercesión, continúa alcanzándonos los dones de la eterna salvación. Por su amor materno cuida de los hermanos de su Hijo que peregrinan y se debaten entre peligros y angustias, y luchan contra el pecado hasta que sean llevados a la patria feliz» (Lumen gentium, 62). Bajo el amparo de su misericordia, sanan los corazones quebrantados, se vencen las acechanzas del Maligno y los enemigos se reconcilian. En María, no sólo tenemos un modelo de perfección, sino también una ayuda para lograr la comunión con Dios y con nuestros hermanos y hermanas. La Madre de la Misericordia es una guía segura para los discípulos de su Hijo, que quieren servir a la justicia, la reconciliación y la paz. Ella nos indica con sencillez y corazón de madre la única Luz y la única Verdad: su Hijo, Jesucristo, que lleva a la humanidad hacia su plena realización en el Padre. No tengamos miedo de invocar confiadamente a aquella que no cesa de dispensar a sus hijos las gracias divinas:
Madre de la Misericordia,
Salve, Madre del Redentor;
Dios te salve, Virgen gloriosa;
Salve, Reina nuestra.
Reina de la Esperanza,
muéstranos el rostro de tu divino Hijo;
guíanos por el camino de la santidad;
danos la alegría de los que saben decir «sí» a Dios.
Reina de la paz,
colma las más nobles aspiraciones de los jóvenes de África;
sacia los corazones sedientos de justicia, paz y reconciliación;
corona las esperanzas de los niños que sufren el hambre y la guerra.
Reina de la justicia,
alcánzanos el amor filial y fraterno;
haz que seamos amigos de los pobres y pequeños;
consigue para los pueblos de la tierra el espíritu de hermandad.
Nuestra Señora de África,
implora a tu divino Hijo la curación de los enfermos,
el consuelo de los afligidos,
el perdón de los pecadores.
Intercede por África ante tu Hijo,
y consigue para toda la humanidad la salvación y la paz.
Amén

Palabras del Papa Benedicto XVI en la Ceremonia de Bienvenida en el Aeropuerto Internacional “Cardenal Bernardin Gantin” de Cotonou – Benin


Señor Presidente de la República,
Señores Cardenales,
Señor Presidente de la Conferencia Episcopal de Benin,
Autoridades civiles, eclesiásticas y religiosas,
Queridos amigos

Le agradezco, Señor Presidente, sus cálidas palabras de bienvenida. Usted sabe el afecto que siento por su continente y su país. Quería volver a África, y son tres los motivos que me han inducido a emprender este viaje apostólico. En primer lugar, Señor Presidente, su amable invitación a visitar el país. Una iniciativa que ha ido a la par con la de la Conferencia Episcopal de Benin. Son iniciativas felices, pues se enmarcan en el año en que Benín celebra el 40 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede y el 150 aniversario de su evangelización. Al estar entre ustedes, tendré ocasión de participar en numerosos encuentros. Me alegro por ello. Todos serán diferentes y culminarán en la Eucaristía que celebraré antes de despedirme.
También se cumple mi deseo de entregar en suelo africano la Exhortación apostólica postsinodal Africae munus. Sus reflexiones guiarán la acción pastoral de numerosas comunidades cristianas en los próximos años. Este documento podrá germinar, crecer y dar fruto, produciendo «el ciento o sesenta o treinta por uno», como dijo Jesucristo (Mt 13,23).
Hay, en fin, un tercer motivo más personal o de sentimiento. Siempre he tenido en alta estima a un hijo de este país, el cardenal Bernardin Gantin. Los dos hemos trabajado durante muchos años, cada uno según sus propias competencias, al servicio de la misma viña. Hemos ayudado lo mejor posible a mi Predecesor, el beato Juan Pablo II, a ejercer su ministerio petrino. Tuvimos ocasión de encontrarnos muchas veces, de conversar en profundidad y de orar juntos. El cardenal Gantin se había ganado el respeto y el afecto de muchos. Por eso me ha parecido justo venir a su país natal, para rezar ante su tumba y para agradecer a Benin el haber dado a la Iglesia a este hijo eminente.
Benin es un país de antiguas y nobles tradiciones. Su historia es reconocida. Quisiera aprovechar esta oportunidad para saludar a los jefes tradicionales. Su contribución es importante para construir el futuro de este país. Quiero animarlos a contribuir con su sabiduría y comprensión de las costumbres a la delicada transición que se está produciendo actualmente de la tradición a la modernidad.
No se ha de temer a la modernidad, pero tampoco se puede construir olvidando el pasado. Debe ir acompañada de la prudencia para el bien de todos, evitando los escollos que hay en África, lo mismo que en otras partes, como la sumisión incondicional a las fuerzas del mercado o las finanzas, el nacionalismo o tribalismo exacerbado y estéril, que puede llegar a ser funesto, la politización extrema de las tensiones interreligiosas en detrimento del bien común o, finalmente, la erosión de los valores humanos, culturales, éticos y religiosos. La transición a la modernidad debe estar guiada por criterios seguros basados en las virtudes reconocidas, como las citadas en vuestro lema nacional, pero también aquellas enraizadas en la dignidad, la grandeza de la familia y el respeto de la vida. Todos estos valores son para el bien común, el único que debe primar, y el único que debe ser la mayor preocupación de todo sujeto responsable. Dios confía en el hombre y desea su bien. Nos atañe a nosotros corresponder con una honestidad y justicia que esté a la altura de su confianza.
La Iglesia, por su parte, ofrece su contribución específica. Con su presencia, su oración y sus diversas obras de misericordia, especialmente en el campo de la educación y la sanidad, desea dar lo mejor que tiene. Desea mostrarse cercana de quien está en necesidad, de quien busca a Dios. Quiere hacer comprender que Dios no está ausente, ni es inútil, como se trata de hacer creer, sino que es amigo del hombre. Señor Presidente, vengo a vuestro país con este espíritu de amistad y hermandad.
(En fon)¡Dios bendiga a Benin!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

PAQUETE BOX SET HOMBRE NUEVO: 2011 - EL AÑO PARA SANAR Y VOLVER A EMPEZAR.


CONFERENCIA 1: CONSTRUYENDO MI PLAN DE VIDA – GEORGINA MONTEMAYOR:
Esta conferencia nos explica cómo un plan de vida implica enumerar los objetivos que una persona quiere lograr a lo largo de su vida, propone una guía para alcanzarlos.
Este plan supone metas personales profesionales y económicas. Construiremos ese plan de acción que necesitamos y lo analizaremos profundamente para no fracasar.

CONFERENCIA 2: ROMPA LA RUTINA DEL MATRIMONIO – PEPE Y AÍDA DEL RÍO.
Es habitual que un matrimonio con años de casados se caiga en la costumbre y dejen de demostrarse amor. Esa actitud los llevará irremediablemente al fracaso, porque tarde o temprano uno de los dos se sentirá incómodo.
Aída del Río nos explicará cómo podemos evitar esta etapa tan dañina en el matrimonio. Aída es licenciada en periodismo por la escuela de periodismo Carlos Septién García, diplomada como Orientadora Familiar, y en Persona, Educación y Familia por excelencia educativa.

CONFERENCIA 3: MUJER, TU VIDA TIENE SENTIDO – JULIETA LUJAMBIO
 ¡Tu vida tiene sentido!
Descubrirlo parece difícil porque te anclas a experiencias del pasado y nunca estás satisfecha con lo que tienes en el presente.
¡Basta ya!
¡Es hora de ir adelante y comenzar a trabajar en ti, en tus metas, en los hábitos y las actitudes que debes cambiar! Sólo tú puedes lograrlo.



CONFERENCIA 4: MUJER VALÓRATE – RAQUEL PANKOWSKY
Muy ligera, cómoda y auténtica, Raquel Pankowsky nos enseña cómo luchó en la vida por salir adelante.
El enfrentarse a nuevos retos, a superar sus propios miedos, a aprovechar las oportunidades que la vida le dio y a ser una mujer completa sin necesidad de un príncipe azul.
En esta estupenda charla, Raquel nos da un buen motivo para ser mujeres plenas y sentirnos orgullosas hasta por el simple hecho de existir.

CONFERENCIA 5: AUTOESTIMA EN LA TERCERA EDAD – MARGARITA CERVIÑO
Mantener elevada autoestima en la tercera edad permite a los Adultos Mayores contar con seguridad y confianza para relacionarse con los suyos, realizar actividades o emprender proyectos con independencia. En pocas palabras, es el motor para vivir en plenitud.

CONFERENCIA 6: ¿POR QUÉ NOS CUESTA PERDONAR? – MARIO GUERRA.

CONFERENCIA 7: SANANDO LAS HERIDAS DEL ALMA – MARÍA TERESA OCHOA.
Ningún ser humano puede vivir con amargura porque la amargura es veneno contra el alma y que el perdón acarrea la sanidad de Dios en nuestra vida.  Textos (Mateo 18: 21-22) (Efesios 4:31-32)
En esta plática, la auxiliar de exorcista María Teresa Ochoa nos explica cómo estamos frenando a Dios. Según las enseñanzas debes liberar y perdonar a quien te ha ofendido, y Dios te liberará de la herida! Sí no lo haces, estarás preso en tu pecado.

CONFERENCIA 8: REGLAS PARA NO MORIR DE AMOR – LUCÍA LEGORRETA.
¿Es posible amar sin equivocarnos tanto y que el sufrimiento sea la excepción y no la regla? ¿Cómo amar sin morir en el intento y aun así disfrutarlo y sentir su irrevocable pasión?
En esta conferencia, Lucy Legorreta plasma algunos de los problemas que convierten el amor en un motivo de agonía y angustia y contrapone a ellos una serie de principios básicos de supervivencia afectiva, los cuales proporcionan herramientas para no morir de amor y cambiar nuestra concepción del amor tradicional por una más renovada y saludable

CONFERENCIA 9: EL CEREBRO ENAMORADO – GEORGINA MONTEMAYOR.
¿Qué le pasa al cerebro enamorado? , algo cambia en nuestro cerebro cuando estamos enamorados. El amor se siente de forma universal  da igual la edad, la raza, la cultura. Georgina Montemayor  lo comprobó en esta conferencia.
Somos una fábrica de acciones y reacciones cuando estamos enamorados.

CONFERENCIA 10: NO PUEDO SUPERAR LA PÉRDIDA DE MI CÓNYUGE – DR. ALFONSO REYES ZUBIRÍA.

CONFERENCIA 11: ¿CÓMO SABES QUE ES AMOR? – LUCY SERRANO
Al principio de la relación siempre se siente que es la persona correcta. Estamos contentos, agradables, completamente enamorados, y luego… SE NOS CONFRONTA LA REALIDAD. La vez y tratas de explicarte ¿qué es lo que amabas de ésta?, ¿qué es lo que tenía que te ponía tan loco?, exactamente ¿qué es lo que te hizo caer? Y sin explicación te empiezas a sentir que la luz que tenía en sus ojos ya no brilla sobre ti.
Pues estos sentimientos de decepción son resultado de un amor de ilusión. Simplemente el amor que creías tener no era verdadero. Quizás sabias solo poco y lo poco que sabias te fascino. Pues esto es un ERROR común en muchos.
Acompaña a Lucy Serrano en esta profunda explicación sobre el amor.

CONFERENCIA 12: EL PODER LIBERADOR DEL PERDÓN – RAFAEL AYALA.



PREVENTA DE LA COLECCIÓN ESPECIAL DE CONFERENCIAS DE HOMBRE NUEVO 2011: EL AÑO PARA SANAR Y VOLVER A EMPEZAR.
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LOS ENVÍOS COMENZARÁN A PARTIR DE LA PRIMERA SEMANA DE DICIEMBRE Y SU LO APARTAS EN ESTE MOMENTO, HOMBRE NUEVO TE OBSEQUIA EL CALENDARIO CATÓLICO 2012. 


Más que un calendario, será una hermosa colección de imágenes. En esta ocasión incluye el Santo Rosario y el Vía Crucis para que día a día y mes con mes, nos acompañe Jesús y María en nuestro largo camino.
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