domingo, 30 de agosto de 2009

De matrimonios santos florecen y maduran las vocaciones, dice el Papa


VATICANO, 30 Ago. 09 / 09:48 am (ACI)
Al presidir este mediodía (hora local) el rezo del Ángelus dominical, el Papa Benedicto XVI resaltó que cuando los esposos “se dedican generosamente a la educación de los hijos, guiándolos y orientándolos en el descubrimiento del plan de Amor de Dios, preparan el terreno fértil en donde florecen y maduren las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada”.

Ante miles de fieles reunidos en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Santo Padre recordó que el pasado 27 de agosto la Iglesia recordó la memoria de Santa Mónica, la Madre de San Agustín, quien “nunca dejó de rezar por él y por su conversión; y tuvo el consuelo de verlo retornar a la fe y recibir el bautismo. Dios escuchó las oraciones de esta madre santa, a la que el Obispo de Tagaste le había dicho: ‘es imposible que un hijo de tantas lágrimas se pierda’”.

En realidad, continuó el Papa, “San Agustín no solo se convirtió sino que decidió abrazar la vida monástica, y al volver a África, fundó una comunidad de monjes”. “Santa Mónica se había convertido, para su hijo, ‘más que en una madre, en la fuete de su cristianismo’. Su único deseo había sido durante años la conversión de Agustín, que ahora veía orientado a una vida de consagración al servicio de Dios”, añadió.

Tras relatar que esta Santa, Patrona de las Madres cristianas, en palabras de San Agustín, “lo había engendrado dos veces”, Benedicto XVI señaló que “la historia del cristianismo está repleta de innumerables ejemplos de padres santos y de auténticas familias cristianas, que han acompañado la vida de generosos sacerdotes y pastores de la Iglesia. Pensemos en los Santos Basilio Magno y Gregorio Nacianceno, ambos pertenecientes a familias de santos”.

Seguidamente el Santo Padre puso como ejemplo a los esposos Luigi Beltrame Quattrocchi y Maria Corsini, beatos del siglo XX, elevados a los altares por Juan Pablo II, al cumplirse 20 años de la exhortación apostólica Familiaris consortio.

“Este documento –prosiguió el Papa– además de ilustrar el valor del matrimonio y las tareas de la familia, solicita a los esposos un particular esfuerzo en el camino de santidad que, recibiendo la gracia y la fuerza del sacramento del matrimonio, los acompaña a lo largo de toda su existencia”.

Cuando los esposos “se dedican generosamente a la educación de los hijos, guiándolos y orientándolos en el descubrimiento del plan de Amor de Dios, preparan el terreno fértil en donde florecen y maduren las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Se revela así cuán íntimamente ligados están y como se iluminan el matrimonio y la virginidad, a partir de su común raíz en el amor esponsal de Cristo”.

Finalmente, en el marco de este Año Sacerdotal, el Papa Benedicto XVI pidió rezar para que, por intercesión del Santo Cura de Ars, las familias cristianas se conviertan en pequeñas iglesias, en las que todas las vocaciones y todos los carismas, dados por el Espíritu Santo, puedan ser acogidos y valorados. Que nos obtenga esta gracia la Santa Virgen que ahora invocamos”.

Encontrarse personalmente con Cristo como Santa Rosa, pide Cardenal Cipriani


LIMA, 30 Ago. 09 / 11:01 am (ACI)
El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, alentó a los fieles a seguir el ejemplo de Santa Rosa de Lima, Patrona del país y América; y como ella, encontrarse personalmente con Cristo para entregarse en el amor auténtico a los demás

Ayer, en su programa radial Diálogo de fe, el Purpurado recordó a la primera Santa de América como aquella mujer sencilla que se tomó en serio el encuentro personal con Dios, de donde surgió su vocación de dar a los demás “su vida, su tiempo y amor a la gente más pobre y enferma”.

“Santa Rosa de Lima fue una mujer sencilla y humilde. En ella se produjo el encuentro con Cristo. En ella surge algo muy fuerte, se libera un deseo de darse a los demás, lo que se llama la gratuidad del don. Y empieza esa tarea de ayudar a la gente sencilla, a los enfermos y de enseñar a los niños”, indicó.

El Arzobispo también señaló que la santidad tiene una parte de “locura” en el sentido que no se entiende porqué Dios nos quiere tanto, cuando nosotros somos pecadores.

“Los santos tienen la locura sana de creer en Dios. Esa locura de santidad tiene una chispa de amor de Dios muy grande. Pero en la respuesta tuya, ahí está el centro de la santidad, si crees vale la pena. Por lo tanto, ofrecemos una ayuda no desde la perfección, sino desde el amor al prójimo”, resaltó.

Al finalizar su reflexión, el Purpurado invitó a los fieles a participar en el Congreso Internacional “Caridad, Reconciliación y Dignidad Humana” que analizará estos temas a la luz de la reciente carta encíclica “Caritas in veritate” del Papa Benedicto XVI; que se efectuará en Lima del 3 al 5 de septiembre en el Auditorio del colegio Santa Úrsula.

Santa Rosa de Lima


Nació en Lima, Perú, en 1586. Fue la primera santa canonizada del Nuevo Mundo. Aunque fue bautizada con el nombre de Isabel, se le llamaba comúnmente Rosa y ése fue el nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo.

Rosa tomó a Santa Catalina de Siena como modelo. Se dedicó a atacar el amor propio mediante la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.

Ingresó a la tercera orden de Santo Domingo y, a partir de entonces, se recluyó en una cabaña que había construido en el huerto de su casa.

Llevaba sobre la cabeza una estrecha cinta de plata, cuyo interior estaba erizado de picos, era una especie de corona de espinas.

Su amor por el Señor era tanto que cuando hablaba de El, cambiaba el tono de su voz y su rostro se encendía como un reflejo del sentimiento que embargaba su alma.

Tiempo después, una comisión de médicos y sacerdotes examinó a la santa y dictaminó que sus experiencias eran realmente sobrenaturales. El modo de vida y las prácticas ascéticas de Santa Rosa de Lima sólo convienen a almas llamadas a una vocación muy particular. Lo más admirable en Santa Rosa fue su gran espíritu de santidad heroica, porque todos los santos ya sea en el mundo, el desierto o en el claustro, poseen el rasgo común de haber tratado de vivir para Dios en cada instante. Quien tiene la intención pura de cumplir en todo la voluntad de Dios, podrá servirle con plenitud en todo lo que haga.

Santa Rosa murió el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El Papa Clemente X la canonizó en 1671.

Mujer italiana con enfermedad degenerativa podría ser un nuevo milagro de Lourdes


Una mujer italiana que desde hace cuatro años lucha contra una agresiva e incurable enfermedad degenerativa, dejó su silla de ruedas y recuperó la capacidad de caminar tras visitar el santuario mariano de Lourdes a inicios de este mes.

El caso, que ha llamado la atención de la prensa italiana, es protagonizado por Antonia Raco, a quien le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica, también conocido como el mal de Lou Gerihg, una enfermedad que genera una parálisis muscular progresiva y tiene pronóstico mortal.

Raco ya no podía caminar a causa de la enfermedad pero emprendió un viaje al santuario francés el 5 de agosto pasado. Dice que cuando estaba en una de las piscinas de Lourdes "escuché una voz de aliento y un fuerte dolor en las piernas".

"Desde que regresé he vuelto a caminar, he hecho mis cosas con normalidad e incluso he corrido", declaró a la agencia ANSA desde su hogar en una aldea cercana a la ciudad de Potenza.

Raco aún no usa la palabra "milagro" y prefiere hablar de un "acto de misericordia".

En unos días, Raco será examinada por un especialista en el prestigioso hospital Molinette de Turin, donde ha recibido tratamiento desde el año 2006.