viernes, 10 de abril de 2009

Viernes Santo - La Procesión del Silencio.


Uno de las procesiones más tradicionales en México el Viernes Santo es, ciertamente, la Procesión del Silencio, la cual nos recuerda el camino doloroso que siguió María hacia el sepulcro de Jesús.

Venida de España juntamente con los primeros evangelizadores esta procesión se arraigo prontamente en el espíritu religioso del pueblo mexicano al grado de que hay en día esta procesión en muchos lugares de la república superan con creces las realizadas en la península Ibérica.

Esta procesión es llamada “del silencio” inspirada en dos pasajes evangélicos: el que nos narra que “María guardaba todas estas cosas en su corazón” y, el segundo, en el momento en que José de Arimatea acompañado de Nicodemo y las otras mujeres juntamente con María dan sepultura a Cristo. Por lo tanto podemos afirmar que esta procesión tiene un tinte puramente Mariano, al acompañar a María camino del sepulcro, en el “silencio”, un silencio de dolor, un silencio de contemplación de la cruz y de la muerte, un silencio de esperanza por la resurrección.

La procesión se compone en la mayoría de las veces de la siguiente forma:
Tambor: En las procesiones fúnebres este tambor marca el paso de los dolientes hacia el cementerio y ha sido incorporado a la procesión para que, marcando el paso, acentúe el silencio y sea la única voz que se escuche dentro de ella.

Imagen de Cristo: Esta imagen de Cristo es una imagen yacente, cubierta con una tela blanca en representación de la sábana con la que se cubrió su Cuerpo. Lo portan varones casados o solteros en representación de los apóstoles que llevan a su maestro camino del sepulcro.

Los utensilios con que fue crucificado: La corona de espinas, los clavos, el letrero de INRI, la lanza con que fue atravesado. Estos utensilios portados individualmente sobre cojines rojos, simbolizan la sangre derramada por Cristo “rey”. Es un rey que por trono tuvo una cruz, por corona real una de espinas y por cetro unos clavos.

Imagen de la Dolorosa: Portada por mujeres, solteras un su mayoría, simbolizando así a María que doliente acompaña a su Hijo y a la vez simbolizan a las otras mujeres de las que nos habla el Evangelio que acompañaron a María durante el camino al calvario.

Sacerdotes, ministros y pueblo en general: La Iglesia en conjunto acompaña a María y se une en oración para unirse a María en la pena y la mortificación ya que por nuestro pecados Cristo dio la vida.

Es de hacer notar que en muchos lugares, después de la Imagen de la Dolorosa, se llevan en andas las imágenes de los Santos para simbolizar que junto a la Iglesia peregrina (los que vivimos en la tierra) se une la Iglesia Triunfante (los que gozan ya de la gloria eterna) a la oración fúnebre de María.