jueves, 4 de diciembre de 2008

NOVENA DE LA GRACIA A SAN FRANCISCO XAVIER


ORIGEN DE ESTA DEVOCIÓN



Con ocasión de adornar un altar en Nápoles para una fiesta de la Inmaculada Concepción en 1633, cayó desde los andamios un martillo de dos libras de peso que hirió mortalmente al Padre Marcelo Mastrilli, de la Compañía de Jesús, destrozándole la sien derecha. De día en día llego a agravarse tanto su enfermedad, que iban a darle ya la Extremaunción, pues era imposible administrarle el Viático, por no poder el enfermo ni tomar una gota de agua. Pero cuando estaban pensando en esto, he aquí que el P. Mastrilli se levanta sano y bueno... La herida había desaparecido, la cicatriz no se notaba, el Padre se sentía restablecido de repente. Bien temprano celebró su misa y dio la comunión a muchas personas que concurrieron a ver este prodigio.


Subió en seguida al púlpito, y por su propia voz explico al pueblo de Nápoles el secreto. Viéndose herido y sin esperanza de vida, había hecho voto en honor de San Francisco Javier de ir a las Misiones de Indias, si le concedía la salud. La noche última se le había aparecido el Santo animándole a cumplir su voto y recibir el martirio en el Japón (como así sucedió). El P. Mastrilli prometió la especial ayuda del santo a cuantos le invoquen y también recomendó hacerle una novena.

Más tarde, el P. Alejandro Filipucci, también curado por el santo en 1658, compuso la novena y fijó como fecha para su realización del 4 al 12 de marzo (aniversario de su canonización), aunque puede hacerse en cualquier época del año. Desde entonces esta devoción se ha divulgado rápidamente por todas partes. Se la conoce con el nombre de Novena de la Gracia "por su grande y comprobada eficacia en las necesidades de la vida presente" (S. Pío X).

MANERA DE RALIZAR LA NOVENA

Por la señal, etc.


Señor mío Jesucristo, etc.




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Amabilísimo y amantísimo Santo: adoro con vos humildemente a la Divina Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que os concedió en vida y por la gloria de que ya gozáis. Os suplico con todo el afecto de mi alma, me consigáis por vuestra poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y morir santamente. Os pido también me alcancéis la gracia especial que pido en esta novena...(aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se desean). Y si lo que pido no conviene a mayor gloria de Dios y bien de mi alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén.

Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Se puede terminar con la siguiente oración atribuida a San Francisco Javier:

ORACIÓN

Eterno Dios, Criador de todas las cosas : acordaos qué Vos criasteis las almas de los infieles haciéndolas a vuestra imagen y semejanza.

Mirad, Señor, como en oprobio vuestro se llenan de ellas los infiernos. Acordaos, Padre celestial, de vuestro Hijo Jesucristo, que derramando tan liberalmente su sangre, padeció por ellas. No permitáis que sea vuestro Hijo por más tiempo menospreciado de los infieles, antes aplacado con los ruegos y oraciones de vuestros escogidos los Santos y de la Iglesia, Esposa benditísima de vuestro mismo Hijo, acordaos de vuestra misericordia, y olvidando su idolatría e infidelidad, haced que ellos conozcan también al que enviasteis, Jesucristo, Hijo vuestro, que es salud, vida y resurrección nuestra, por el cual somos libres y nos salvamos; a quien sea dada la gloria por infinitos siglos de los siglos. Amén.


Oración.

Oh Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos que, pues veneramos la gloria de sus insignes merecimientos, imitemos, también los ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.







Canción de San Francisco Javier. R.P. Cristóbal Fones sj


Escucha la Canción a San Francisco Xavier


Cuando es el ocaso en el mundo
y parece que los sueños se hunden en el mar,
cuando ya nadie quiere cruzar el océano
inmenso que arrincona a los pobres,
surge tu luz, Cristo, y me envía, y me lanza...
y no hay límites para hacer de tu promesa mi misión.

.

Con Cristo en el corazón y el corazón en el horizonte,
no hay fronteras, no hay confines. Sólo Dios, mi esperanza.
No hay fronteras, no hay confines; sólo Dios, mi esperanza.




Aunque yo lo ganara todo,
de nada me sirve si no me lleva a ti.
No me detengan los vientos ni las tempestades
del rumbo que nos lleva a la vida.
En la pupila del que sufre miro lo que haces por el mundo
y se ensanchan mis sueños, y mi alma se embarca.


Vienes alegrando el camino,
vienes compartiendo tu paz y tu perdón.
Es tanto amor recibido que invita al encuentro
de un mundo que busca tu reino.
Todo, Señor, tú me lo has dado. Nada es mío, todo es gracia,
en tus manos recíbelo; tú eres mi tierra y mi misión.