miércoles, 15 de mayo de 2013

Mensaje de la Conferencia del Episcopado Mexicano con motivo del Día del Maestro



México, D.F., 15 de mayo de 2013

B. 31 / 2013

El 15 de mayo, desde 1918, celebramos en México el día del Maestro y de la Maestra, fecha que nos lleva a reflexionar en la importancia vital de la educación y en la gran misión de quienes ejercen el magisterio.

La Iglesia siempre ha valorado la educación, como lo muestra la labor educativa desplegada por clérigos, personas consagradas y laicos a lo largo de los siglos. En el caso de nuestra patria, ya en el siglo XVI fray Juan de Zumárraga fundó la Universidad de México, y muchos sacerdotes y religiosos se entregaron a la educación de los indígenas y la enseñanza superior estableciendo, por ejemplo, el colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco en 1533.

En fechas recientes, los obispos de México publicamos el documento “Educar para una nueva sociedad” (2012),en el que, manifestando nuestra preocupación ante algunos rezagos geográficos, económicos y culturales, y ante la realidad educativa del país, frecuentemente sometida por intereses económicos, ideológicos, políticos o gremiales, ofrecemos una propuesta educativa concreta, que parte de la concepción de la persona humana como una realidad irrepetible e insustituible, hombre o mujer, en unidad de cuerpo y alma, capaz de comprender, de amar, de relacionarse con el universo y darle sentido, abierta a la realidad histórica y creadora de cultura, y cuyo atributo principal es su dignidad y derechos, desde el inicio de su vida hasta su muerte natural.

La esencia de la educación es formar e impulsar a la persona para que logre el desarrollo de su conciencia y alcance la madurez de su ser, gracias a la integración armónica de sus capacidades. Es perfeccionar al ser humano a través de la adquisición de virtudes que enriquecen a la propia persona, al mundo y a los demás. Es introducir a la totalidad de los factores que integran la realidad, descubriendo su significado último y valorando cada uno en su justa dimensión.

Para enfrentar la emergencia educativa actual es indispensable recuperar la centralidad de la persona, asegurar una educación integral y de calidad para todos, educar en la verdad y en la libertad para promover la paz, reconocer el papel fundamental de la familia, lograr que la escuela y los maestros encuentren caminos para el cumplimiento de su misión, propiciar que los medios de comunicación sean instrumentos y no fines, promover la colaboración de gobierno y sociedad para una nueva acción educativa y formar a los formadores. Por nuestra parte, ofrecemos como Iglesia hacer de toda instancia eclesial y de toda acción pastoral un servicio educativo.

Conscientes de la importancia de la educación, podemos afirmar que la vocación del magisterio es una de las tareas más nobles al servicio de la humanidad. Los maestros, con su entrega de cada día como amigos y compañeros en el camino del ser y del saber, son constructores de la sociedad. La tarea educativa no es fácil; pero el ejemplo de grandes maestros y maestras, como Estefanía Castañeda (1872-1937), Moisés Sáenz Garza (1888-1941), y José Vasconcelos (1881-1959), son impulso para las y los docentes de hoy.

En este día, reconocemos la labor de aquellos maestros y maestras que, con su entrega de cada día, colaboran en la construcción de un México mejor. A todos ellos, les hacemos llegar una felicitación y nuestra gratitud, invitándoles a seguir adelante en esta importante misión, procurando su propia formación continua y el ejercicio digno y respetuoso de su profesión, procurando hacer de su vida testimonio de todo aquello que es auténticamente humano. ¡Muchas felicidades!

Por los obispos de México.

+Francisco, Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la CEM

+Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM

Comunicado de Prensa CEM. Nombramiento de Mons. Ramón Castro Castro como nuevo Obispo de Cuernavaca



La Secretaría General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, comunica que Su Santidad Francisco se ha dignado nombrar Obispo de CUERNAVACA a S.E.R. Ramón CASTRO CASTRO al presente Obispo de Campeche.

La noticia fue publicada en L’Osservatore Romano en Roma al mediodía del miércoles 15 de mayo de 2013.

+ Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM


Curriculum vitae

de

S.E.R. Mons. RAMÓN CASTRO CASTRO


Nació en Teocuitatlán de Corona , Jalisco, el 27 de enero de 1956.
Fue ordenado sacerdote para la Diócesis de Tijuana, el 13 de mayo de 1982.
Inició su ministerio en la parroquia de San José Obrero, en Ensenada, Baja California.
Ingreso al servicio Diplomático de la Santa Sede el 01 de julio de 1989.

Estudios

Filosofía y Teología en el Seminario Diocesano de Tijuana (1973-1981). Obtuvo el título de Licenciado en Filosofía en la Universidad del Valle de Atemajac en el año 1980 y el Título de Licenciado en Teología Espiritual en la Facultad de Espiritualidad Teresianum de Roma, Italia.
Cursos diplomáticos en la Pontificia Académica Eclesiástica, en Roma, Italia, en el periodo 1985-1989.
Licenciatura en Derecho Canónico, en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma, Italia (1985-1987).
Doctorado en Teología Espiritual, Facultad de Espiritualidad Teresianum, Roma, Italia. Tesis Doctoral: "La Espiritualidad del Representante Pontificio", Roma, Italia (1989)

Ministerios

Servicio Diplomático de la Santa Sede: Nunciatura en Zambia y Malawi (1989-1992), Nunciatura Apostólica en Angola (1992-1994), Nunciatura Apostólica en Ucrania (1994-1996), Nunciatura Apostólica en Venezuela (1996-1999), Nunciatura Apostólica en Paraguay (1999-2001). En 2001 fue nombrado Director del Óbolo de San Pedro, en la Secretaria de Estado de la Santa Sede.
Nombrado Obispo Auxiliar de Yucatán, el 02 de abril de 2004, por Su Santidad Juan Pablo II.
Nombrado Obispo de Campeche el 08 de abril de 2006, por Su Santidad Benedicto XVI.
En la Conferencia del Episcopado Mexicano es el Responsable de la Dimensión "Justicia, Paz y Reconciliación" de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social.
El 15 de mayo de 2013 Su Santidad Francisco lo ha nombrado Obispo de Cuernavaca.

El Papa Francisco nombra nuevo Obispo de Cuernavaca

Ciudad del Vaticano, 15 mayo 2013 (VIS).-El Santo Padre:

-Ha nombrado a monseñor Ramón Castro Castro, hasta ahora obispo de Campeche (México) como obispo de Cuernavaca (superficie 4.941; población 2.202.000; católicos 1.904.000; sacerdotes 197; religiosos 442; diáconos permanentes 10) en México.

Felicitamos a Monseñor Ramón Castro Castro por esta nueva encomienda y pedimos a Dios que lo ilumine en este ministerio.

Equipo de Fenómenos del Espíritu.

Video del Maratón de Oración Mundial.

Ve el video y súmate al Maratón de Oración Mundial

Este miércoles, 15 de mayo, Maratón de Oración mundial con MayFeelings... hay motivos de sobra

#Findelaviolencia, #Trabajoparatodos, #Vidadigna,
 #Politicoshonrados... la campaña anima a «pedir con fuerza»


MayFeelings es una campaña que anima a la oración cada mes de mayo. Este año recuerda que los motivos para orar no son escasos:

"Cada día miles de personas se quedan sin casa, sin trabajo, sin poder ayudar a sus familias. Todos los días recibimos noticias de muertos en guerras y atentados y cada vez nos afectan menos. La corrupción ciega a miles de hombres y mujeres en todo el mundo. Nacer y poder vivir en una familia que no se rompa es cada vez más difícil.

Este año la novedad está en que se hace hincapié enuna fecha, mañana, 15 de mayo, para celebrar una oración conjunta mundial, una "Maratón de Oración".

Se explica en:
www.mayfeelings.com/15m

»Se convoca una manifestación online para rezar. Este 15-M ocurrirá algo histórico, tú puedes ser parte de ello, uniéndote a rezar para cambiar el mundo a través de cinco realidades: el paro, la corrupción, el fin de la violencia, la defensa de la familia y la dignidad de la vida. Pidamos a Dios con más fuerza. Durante 24 horas en una maratón de oración en todo el mundo.


»Hemos creado una sección dentro de la red social para canalizar todas las oraciones que lleguen el próximo 15 de mayo, que estará abierta durante 24 horas para cualquier internauta, por lo que no será necesario estar registrado en la red social.

»Entra el 15 de Mayo en www.mayfeelings.com/15m . Verás un petición publicada desde la cuenta oficial de May Feelings y rezar por ella.

»También podrás ver en un mapa en tiempo real, todas las personas que están rezando y desde donde lo están haciendo.

»No necesitas dedicar una gran cantidad de tiempo. Con solo un par de minutos podrás ayudarnos con a que tu oración sume.

15 de Mayo "Día del Maestro"


Homilía del Papa Francisco. 12 de Mayo de 2013. Santa Misa y canonización de los beatos Antonio Primaldo y compañeros, Laura di Santa Catalina de Siena y María Guadalupe García Zavala

Queridos hermanos y hermanas:

En este séptimo domingo del Tiempo Pascual, nos reunimos con alegría para celebrar una fiesta de la santidad. Damos gracias a Dios que ha hecho resplandecer su gloria, la gloria del Amor, en los Mártires de Otranto, la Madre Laura Montoya y la Madre María Guadalupe García Zavala. Saludo a todos los que habéis venido a esta fiesta —de Italia, Colombia, México y otros países— y os lo agradezco. Miremos a los nuevos santos a la luz de la Palabra de Dios que ha sido proclamada. Una palabra que nos invita a la fidelidad a Cristo, incluso hasta el martirio; nos ha llamado a la urgencia y la hermosura de llevar a Cristo y su Evangelio a todos; y nos ha hablado del testimonio de la caridad, sin la cual, incluso el martirio y la misión pierden su sabor cristiano.

1. Los Hechos de los Apóstoles, cuando hablan del diácono Esteban, el protomártir, insisten en decir que él era un hombre «lleno del Espíritu Santo» (6,5; 7,55). ¿Qué significa esto? Significa que estaba lleno del amor de Dios, que toda su persona, su vida, estaba animada por el Espíritu de Cristo resucitado hasta el punto de seguir a Jesús con fidelidad total, hasta hasta la entrega de sí mismo.

Hoy la Iglesia propone a nuestra veneración una multitud de mártires, que en 1480 fueron llamados juntos al supremo testimonio del Evangelio. Casi 800 personas, supervivientes del asedio y la invasión de Otranto, fueron decapitadas en las afueras de la ciudad. No quisieron renegar de la propia fe y murieron confesando a Cristo resucitado. ¿Dónde encontraron la fuerza para permanecer fieles? Precisamente en la fe, que nos hace ver más allá de los límites de nuestra mirada humana, más allá de la vida terrena; hace que contemplemos «los cielos abiertos» –como dice san Esteban – y a Cristo vivo a la derecha del Padre. Queridos amigos, conservemos la fe que hemos recibido y que es nuestro verdadero tesoro, renovemos nuestra fidelidad al Señor, incluso en medio de los obstáculos y las incomprensiones. Dios no dejará que nos falten las fuerzas ni la serenidad. Mientras veneramos a los Mártires de Otranto, pidamos a Dios que sostenga a tantos cristianos que, precisamente en estos tiempos, ahora, y en tantas partes del mundo, todavía sufren violencia, y les dé el valor de ser fieles y de responder al mal con el bien.

2. La segunda idea la podemos extraer de las palabras de Jesús que hemos escuchado en el Evangelio: «Ruego por los que creerán en mí por la palabra de ellos, para que sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros» (Jn 17,20). Santa Laura Montoya fue instrumento de evangelización primero como maestra y después como madre espiritual de los indígenas, a los que infundió esperanza, acogiéndolos con ese amor aprendido de Dios, y llevándolos a Él con una eficaz pedagogía que respetaba su cultura y no se contraponía a ella. En su obra de evangelización Madre Laura se hizo verdaderamente toda a todos, según la expresión de san Pablo (cf. 1 Co 9,22). También hoy sus hijas espirituales viven y llevan el Evangelio a los lugares más recónditos y necesitados, como una especie de vanguardia de la Iglesia.

Esta primera santa nacida en la hermosa tierra colombiana nos enseña a ser generosos con Dios, a no vivir la fe solitariamente —como si fuera posible vivir la fe aisladamente—, sino a comunicarla, a irradiar la alegría del Evangelio con la palabra y el testimonio de vida allá donde nos encontremos. En cualquier lugar donde estemos, irradiar esa vida del Evangelio. Nos enseña a ver el rostro de Jesús reflejado en el otro, a vencer la indiferencia y el individualismo, que corroe las comunidades cristianas y corroe nuestro propio corazón, y nos enseña a acoger a todos sin prejuicios, sin discriminación, sin reticencia, con auténtico amor, dándoles lo mejor de nosotros mismos y, sobre todo, compartiendo con ellos lo más valioso que tenemos, que no son nuestras obras o nuestras organizaciones, no. Lo más valioso que tenemos es Cristo y su Evangelio.

3. Por último, una tercera idea. En el Evangelio de hoy, Jesús reza al Padre con estas palabras: «Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos y yo en ellos» (Jn 17,26). La fidelidad hasta la muerte de los mártires, la proclamación del Evangelio a todos se enraízan, tienen su raíz, en el amor de Dios, que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo (cf. Rm 5,5), y en el testimonio que hemos de dar de este amor en nuestra vida diaria. Santa Guadalupe García Zavala lo sabía bien. Renunciando a una vida cómoda —cuánto daño hace la vida cómoda, el bienestar; el aburguesamiento del corazón nos paraliza— y, renunciando a una vida cómoda para seguir la llamada de Jesús, enseñaba a amar la pobreza, para poder amar más a los pobres y los enfermos. Madre Lupita se arrodillaba en el suelo del hospital ante los enfermos y ante los abandonados para servirles con ternura y compasión. Y esto se llama «tocar la carne de Cristo». Los pobres, los abandonados, los enfermos, los marginados son la carne de Cristo. Y Madre Lupita tocaba la carne de Cristo y nos enseñaba esta conducta: no avergonzarnos, no tener miedo, no tener repugnancia a tocar la carne de Cristo. Madre Lupita había entendido qué significa eso de «tocar la carne de Cristo». También hoy sus hijas espirituales buscan reflejar el amor de Dios en las obras de caridad, sin ahorrar sacrificios y afrontando con mansedumbre, con constancia apostólica (hypomonē), soportando con valentía cualquier obstáculo.

Esta nueva santa mexicana nos invita a amar como Jesús nos ha amado, y esto conlleva no encerrarse en uno mismo, en los propios problemas, en las propias ideas, en los propios intereses, en ese pequeño mundito que nos hace tanto daño, sino salir e ir al encuentro de quien tiene necesidad de atención, compresión y ayuda, para llevarle la cálida cercanía del amor de Dios, a través de gestos concretos de delicadeza, de afecto sincero y de amor.

Fidelidad a Jesucristo y a su Evangelio, para anunciarlo con la palabra y con la vida, dando testimonio del amor de Dios con nuestro amor, con nuestra caridad hacia todos: los santos que hemos proclamado hoy son ejemplos luminosos de esto, y esto nos ofrecen sus enseñanzas, pero también cuestionan nuestra vida de cristianos: ¿Cómo es mi fidelidad al Señor? Llevemos con nosotros esta pregunta para pensarla durante la jornada: ¿Cómo es mi fidelidad a Cristo? ¿Soy capaz de «hacer ver» mi fe con respeto, pero también con valentía? ¿Estoy atento a los otros? ¿Me percato del que padece necesidad? ¿Veo a los demás como hermanos y hermanas a los que debo amar? Por intercesión de la Santísima Virgen María y de los nuevos santos, pidamos que el Señor colme nuestra vida con la alegría de su amor. Así sea.



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Santa María Guadalupe García Zavala. Segunda Santa Mexicana

Nació en Zapopan (Jalisco, México) el 27 de abril de 1878. Su padre, Fortino García, tenía una tienda de objetos religiosos frente a la basílica de la Virgen de Zapopan. Por ello, Guadalupe visitaba la iglesia con mucha frecuencia y desde pequeña mostró un gran amor a los pobres y a las obras de caridad.

Tenía fama de ser una joven agradable y simpática, sin dejar de ser sencilla y transparente en su trato, amable y servicial con todos. Tuvo un noviazgo y, ya prometida en matrimonio, a la edad de 23 años, sintió la llamada de nuestro Señor para consagrarse en la vida religiosa, sobre todo en la atención a los enfermos y a los pobres.

Le contó esta inquietud a su director espiritual, el cual le dijo que él había tenido la inspiración de fundar una congregación religiosa para atender a los enfermos del hospital y la invitó a comenzar esa labor. Así, entre los dos fundaron la congregación religiosa de Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres.

Ejerció el oficio de enfermera, arrodillándose en el suelo para atender a los primeros enfermos en el hospital, que al inicio carecía de muchas cosas; sin embargo, siempre reinó la ternura y compasión, procurando sobre todo para los enfermos un buen cuidado en la vida espiritual.

Fue elegida superiora general de la congregación, cargo que mantuvo durante toda su vida y, aunque provenía de una familia de un buen nivel económico, se adaptó con alegría a una vida extremadamente sobria y enseñó a las hermanas de la Congregación a amar la pobreza para poder donarse más a los enfermos. En un período de graves dificultades económicas en el hospital, pidió permiso a su director espiritual para mendigar por las calles y, obtenida la autorización, lo hizo junto con otras hermanas durante varios años, hasta que se solucionaron los problemas para sustentar a los enfermos.

El marco político-religioso en México fue grave desde 1911 hasta 1936, porque la Iglesia fue perseguida, sobre todo el período más sangriento de 1926 a 1929.

En un tiempo de persecución en México contra la Iglesia católica, arriesgando su vida y la de sus compañeras, escondió en el hospital a algunos sacerdotes e incluso al arzobispo de Guadalajara, mons. Francisco Orozco y Jiménez. Por otra parte, las hermanas daban alimento y curaban de sus heridas a los soldados perseguidores. Por este motivo, los soldados que estaban encuartelados cerca del hospital no sólo no molestaban a las hermanas sino que hasta las defendieron, lo mismo que a los enfermos.

Durante su gobierno, se abrieron once fundaciones en la República Mexicana. Después de su muerte siguió creciendo la Congregación; en la actualidad las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres cuentan con veintidós casas en México, Perú, Islandia, Grecia e Italia.

El 13 de octubre de 1961, celebró su 60° aniversario de vida religiosa; sin embargo, por entonces ya padecía de una dolorosa enfermedad, que en dos años la llevó a la muerte. Falleció el 24 de junio de 1963, en Guadalajara (Jalisco, México) a la edad de 85 años, con fama de santidad.

Santa Laura Montoya. La Primera Santa Colombiana

La Madre Laura nació en Jericó, Antioquia, Colombia, el 26 de mayo de 1874. Fue bautizada el mismo día de su nacimiento con el nombre de María Laura de Jesús. Hija de Juan de la Cruz Montoya y María Dolores Upegui, tuvo dos hermanos: Carmelina, que era mayor y Juan de la Cruz, su hermano menor. Su padre, que era médico y comerciante, murió asesinado cuando ella tenía dos años de edad. Este hecho, ocasionó una difícil situación económica en su familia. Su madre se vio obligada a emplearse como maestra de religión. Por este motivo, cuando Laura era aún niña, tuvo que habitar primero en la finca de su abuelo Lucio Upegui en Amalfi y posteriormente viajó con su madre y hermanos al municipio de Don Matías, en donde vivieron por algún tiempo.

Educación

Debido a la precaria situación económica de su madre, Laura fue dejada en un hogar de huérfanos en Robledo el cual era dirigido por su tía María de Jesús Upegui, religiosa fundadora de la Comunidad de Siervas del Santísimo y de la Caridad. Sin haber recibido instrucción previa, su tía la inscribió a los 11 años de edad como externa en el Colegio del Espíritu Santo, una institución educativa frecuentada por niñas de clase alta de la ciudad. No obstante, en razón de las adversidades que vivió al habitar un hogar de huérfanos, sin dinero para comprar libros mientras estudiaba en un colegio de clase alta, se sintió marginada y al finalizar el año se retiró de la institución.

Al año siguiente se marchó a habitar en una finca de San Cristóbal al cuidado de su tía enferma. Mientras estaba allí se entregó a las lecturas espirituales que despertaron el deseo de hacerse religiosa carmelita. En 1887 regresó brevemente a Medellín, al lado de su madre y al poco tiempo su abuelo se enfermó, por lo que se retira nuevamente a la finca de Amalfi a cuidar de él hasta su muerte.

La muerte de su abuelo empeoró la situación financiera de la familia. Cuando Laura tenía 16 años, la familia decidió que ella debía hacerse maestra para ayudar económicamente a su madre y hermanos. De esta manera, se presentó a la Escuela Normal de Institutoras de Medellín y obtuvo una beca del gobierno. Para su sustento al inicio de sus estudios, su tía María de Jesús Upegui le dio alojamiento, ofreciéndole a cambio dirigir el manicomio. Al poco tiempo se presentó una vacante en el internado y pasó a habitar en la misma escuela, obteniendo excelentes resultados en sus estudios. En 1893 se graduó como maestra elemental de la escuela Normal.

Experiencia docente

Se dedicó a formar jóvenes dentro de la fe cristiana y católica en diferentes escuelas públicas del departamento de Antioquia. Su primera experiencia docente fue en Amalfi, en donde fue nombrada directora de la Sección Superior de la Escuela municipal, según el decreto 234 de enero de 1894. En ella procuró impartir sus enseñanzas siguiendo una orientación religiosa que no era del agrado de todas las autoridades del municipio. Finalmente, algunos opositores a la formación religiosa interpusieron una queja ante la gobernación del departamento, a la cual la gobernación dio respuesta en favor de Laura, apoyada por el secretario de Instrucción Pública Pedro A. Restrepo, quien la conocía muy bien desde su paso por la Normal de Medellín. La guerra civil de 1895 obligó al cierre de las escuelas del departamento, lo cual forzó a Laura a mantener únicamente las clases preescolares en su propia casa.

En agosto de 1895 fue nombrada maestra en la Escuela Superior Femenina de Fredonia. La apertura de otro Colegio de señoritas en Fredonia por parte del cura del pueblo propició un reto para Laura que no llegó a afectar su buen desempeño en la Escuela Superior Femenina, pues terminó siendo preferida por la población. El 23 de febrero de 1897 fue trasladada a Santo Domingo. Allí decidió dar catolicismo a los niños en el campo. Mientras desarrollaba su carrera pedagógica, cultivó la mística profunda y la oración contemplativa. Debido a su experiencia docente, su prima Leonor Echavarría le ofreció colaborar en la dirección del recién inaugurado Colegio de la Inmaculada en Medellín. El colegio ganó mucho prestigio en la ciudad, en él estudiaban hijas de familias de ingresos altos. Al morir su prima Leonor el 10 de junio de 1901, el colegio quedó completamente en manos de Laura. En noviembre de 1905 el escritor Alfonso Castro comenzó a publicar una novela llamada "Hija Espiritual" en la revista "Lectura Amena", cuya intriga desacreditó notablemente al Colegio de la Inmaculada y a su directora Laura, a tal punto que llevaron a su cierre definitivo.


Tras el cierre del colegio, Laura fue nombrada maestra de la escuela de La Ceja en donde estuvo por un poco tiempo y en 1907 la población le solicitó fundar un colegio en Marinilla. Estando allí comprendió que su misión era evangelizar a las comunidades indígenas de la región.

Misionera religiosa

A la edad de 39 años, Laura decidió trasladarse a Dabeiba en compañía de 6 catequistas con la aprobación del obispo de Santa Fe de Antioquia, monseñor Maximiliano Crespo Rivera, para trabajar con los indígenas Emberá Chamí. Desde entonces dedicó el resto de su vida al apostolado y las misiones. El 14 de mayo de 1914 fundó la Congregación de Misioneras de María Auxiliadora y Santa Catalina de Siena con un grupo de catequistas que la acompañaban a las misiones. A partir de entonces se dedicó a establecer con las hermanas misioneras centros cercanos a las comunidades indígenas, cuya casa principal estaba en Dabeiba. Estableció las constituciones de la Congregación y en 1917 las presentó ante el obispo Maximiliano Crespo Rivera. En 1919 fundó en San José de Uré una misión para trabajar con los negros de la región.

Pasó sus últimos 9 años de vida en silla de ruedas. Falleció en Medellín el 21 de octubre de 1949, tras una larga y penosa agonía. La congregación de misioneras contaba con 90 casas en el momento de su muerte y estaba conformada por 467 religiosas que trabajaban en tres países.

Beatificación

La causa para la beatificación de la Madre Laura fue introducida el 4 de julio de 1963 por la Arquidiócesis de Medellín. El 11 de julio de 1968 la congregación religiosa de misioneras fundada por ella recibió la aprobación pontificia. Fue declarada siervo de Dios en 1973 y posteriormente declarada venerable el 22 de enero de 1991 por el papa Juan Pablo II. El propio Juan Pablo II la beatificó el día 25 de abril de 2004 en una ceremonia religiosa realizada en la Plaza de San Pedro en Roma en presencia de 30.000 fieles. El arzobispo de Medellín Alberto Giraldo Jaramillo erigió por medio del Decreto 73 de 2004 el Santuario en donde reposan las reliquias de la Madre Laura. Posteriormente el Congreso de Colombia aprobó la ley 959 del 27 de junio de 2005 por la cual se le rinde homenaje a la Beata Madre Laura y reconocimiento a su obra evangelizadora. Su fiesta se celebra el 21 de octubre.

Canonización

El día 20 de diciembre del año 2012 en Ciudad del Vaticano, el cardenal Angelo Amato dio a conocer que el Papa Benedicto XVI dio la autorización para la canonización de la beata, siendo la primera persona de nacionalidad colombiana quien sería reconocida como santa en la Iglesia Católica. Habiéndose reconocido ya un milagro obrado por intercesión suya sobre la señora Herminia González Trujillo en 1993, por el cual fue declarada beata, se reconoció un segundo milagro, siendo éste realizado en favor del médico antioqueño Carlos Eduardo Restrepo, quien, de una manera inexplicable para la ciencia, fue sanado de una enfermedad terminal.