lunes, 11 de febrero de 2013

Mensaje del Cardenal José Francisco Robles Ortega. Arzobispo de Guadalajara

Ante el anuncio histórico, inesperado y humilde de la renuncia libre y voluntaria del Santo Padre le agradecemos a Dios el abundante y fructífero pontificado que nos regaló en la persona de su Vicario, Benedicto XVI. Encomendamos su Iglesia al Supremo Pastor, que es Cristo. Nos unimos en oración para que el Espíritu Santo ilumine a los Cardenales que, Dios mediante, participaremos en el próximo cónclave para elegir al sucesor en la sede de Pedro.

Nota de agradecimiento al Santo Padre. Conferencia del Episcopado Español

Después de haber conocido esta misma mañana la renuncia de Su Santidad el Papa Benedicto XVI al ministerio petrino, me apresuro a expresar al Santo Padre, en nombre propio, y de todos los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española, nuestra más profunda gratitud por el impagable servicio prestado a la Santa Iglesia en estos intensos años de pontificado.

Estamos afectados y como huérfanos por esta decisión que nos llena de pena, pues nos sentíamos seguros e iluminados por su riquísimo magisterio y por su cercanía paternal. Al mismo tiempo, acogemos la voluntad del Santo Padre con reverencia filial. Estamos seguros de que el Señor bendecirá el costoso paso que él acaba de dar con gracias abundantes para el nuevo Papa y para toda la Iglesia.

Pedimos a todos los fieles que encomienden al Señor la persona tan querida del Papa Benedicto XVI, que le consuele y dé fuerzas para seguir sirviendo a la Iglesia de un modo nuevo mientras la Providencia disponga. Pedimos también oraciones para que el proceso de elección del Sumo Pontífice que se abrirá a partir del próximo día 28 sea guiado e iluminado por la fuerza del Espíritu Santo. Todo, en la confianza cierta de que el Señor está siempre con su Iglesia.


El Presidente de la Conferencia Episcopal Española
Cardenal Antonio Mª Rouco Varela

COMUNICADO DEL ARZOBISPO DE PANAMÁ Y PRESIDENTE DEL SEDAC ANTE ANUNCIO DE DIMISIÓN DEL PAPA


Postura de México ante la decisión del Papa Benedicto XVI

Secretaría de Relaciones Exteriores. México

El Gobierno Federal expresa su pesar y absoluto respeto al anuncio realizado por Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, respecto a su renuncia como Jefe de la Iglesia Católica a partir del 28 de febrero de 2013, cargo al que fue electo el 19 de abril de 2005.

El Gobierno de México recuerda con agrado la visita pastoral realizada por el Jefe del Estado Vaticano a nuestro país, del 23 al 26 de marzo de 2012, ocasión en la cual el Papa Benedicto XVI celebró una misa en el Parque Bicentenario de Silao, Guanajuato, a la cual asistió el Presidente Enrique Peña Nieto, entonces candidato a la Presidencia de la República.

El Papa es el Jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano, representado por la Santa Sede, con el que México mantiene una relación diplomática cordial caracterizada por un dialogo político respetuoso y coincidencias en foros internacionales, ambos sobre la base de la promoción de valores universales.

El Gobierno de la República refrenda su compromiso con la laicidad del Estado Mexicano, de la que es garante y protector, así como su voluntad para continuar fortaleciendo las relaciones con todos los Estados que integran la comunidad internacional.

Comunicado de la Conferencia del Episcopado Mexicano con ocasión de la renuncia del Papa Benedicto XVI

En este día, memoria de Nuestra Señora de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo, durante el consistorio realizado en Roma para definir tres canonizaciones, S. S. Benedicto XVI anunció que, después de haber examinado reiteradamente ante Dios su conciencia, ha llegado a la certeza de que, por lo avanzado de su edad, ya no tiene fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, por lo que ha decidido renunciar libremente al ministerio de Obispo de Roma, de forma que desde el 28 de febrero próximo a las 20:00 hrs, la Sede de San Pedro quedará vacante y deberá convocarse el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

La Conferencia del Episcopado Mexicano agradece a Dios, rico en misericordia, el luminoso pontificado de S. S. Benedicto XVI, y expresa su profunda gratitud al Santo Padre por su fidelidad y su generosa entrega al servicio de la Iglesia universal, y por el amor y solicitud hacia el pueblo mexicano, particularmente manifestado en su inolvidable visita pastoral a nuestra nación.

La misma Conferencia invita a los católicos mexicanos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirnos en oración, para que el Señor recompense al Papa Benedicto XVI su servicio, y para que conceda a su Iglesia un nuevo Sumo Pontífice según su corazón.

El hecho de que la renuncia del Santo Padre se produzca en el Año de la Fe, nos confirma en la certeza de que es Jesús, que ha fundado su Iglesia, quien la guía; que –como ha dicho el Papa Benedicto XVI- estamos en las manos de Dios, y que esas son las mejores manos.

Encomendamos a Santa María de Guadalupe al Santo Padre, a la Iglesia universal, a la Iglesia que peregrina en México, y la elección del nuevo Vicario de Cristo.

Por los Obispos de México

+José Francisco, Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la CEM

+Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM

COMPOSICIÓN DEL CONCLAVE

Ciudad del Vaticano, 11 febrero 2013 (VIS).- El futuro cónclave que elegirá al sucesor de Benedicto XVI se regulará por el "Ordo Rituum Conclavis", establecido por la Constitución Apostólica de Juan Pablo II "Universi Dominici Gregis" en su párrafo 27. El Cardenal Camarlengo, que tiene un papel fundamental en el período de sede vacante, es el cardenal Tarcisio Bertone, y fue nombrado por Benedicto XVI el 4 de abril del 2007.

Los cardenales electores, según el continente de proveniencia, serán 61 europeos, 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y 1 procedente de Oceanía. Estas cifras pueden variar según la fecha de inicio del cónclave: el cardenal Walter Kasper, por ejemplo, cumple 80 años el 5 de marzo. El país con mayor número de cardenales electores es Italia, con 21. Sesenta y siete electores han sido creados por Benedicto XVI, y los cincuenta restantes por Juan Pablo II.

Una de las innovaciones de Juan Pablo II sobre el período del cónclave es que los cardenales electores -que serán 117 el 28 de febrero- se alojan en la residencia vaticana Casa Santa Marta, un lugar independiente de aquel en el que votan, la Capilla Sixtina.

Los cardenales electores deben permanecer en el Vaticano durante todo el período de duración del cónclave, ninguno puede acercarse a ellos cuando se trasladan desde la Capilla Sixtina a su lugar de residencia y viceversa y todas las formas de comunicación con el mundo exterior están prohibidas. Como ya se hizo en el pasado, la estufa de la Capilla Sixtina se usará para quemar las papeletas después de cada votación.

EL PADRE FEDERICO LOMBARDI COMENTA LA RENUNCIA DEL PAPA

Ciudad del Vaticano, 11 febrero 2013 (VIS).-El padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha comentado en esa sede y en Radio Vaticano la renuncia de Benedicto XVI al pontificado. “Entre los motivos de la dimisión del Papa, como se nota en sus palabras -ha dicho- están las circunstancias del mundo de hoy que, respecto al pasado, son particularmente difíciles, tanto por la rapidez como por el número de los acontecimientos y de los problemas que se plantean, y por tanto se necesita un vigor, quizá más fuerte que en los tiempos pasados. Un vigor que el Papa dice que ha disminuido en él en los últimos meses”.

“Muy significativa- ha proseguido- es la frase: “Muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro”. Esta es la declaración formal, importante desde el punto de vista jurídico. En el párrafo 2 del canon 332 del Código de Derecho Canónico se lee: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie”. Los dos puntos fundamentales son, por lo tanto, la libertad y la manifestación debida. Libertad y manifestación pública, y el consistorio donde el Papa ha manifestado su voluntad, es público”.

“Benedicto XVI seguirá desempeñando plenamente sus funciones y su servicio hasta el 28 de febrero a las 20 horas. A partir de ese momento inicia la situación de sede vacante, reglamentada, desde el punto de vista jurídico y canónico por los textos que se refieren a la sede vacante en el Código de Derecho Canónico y en la Constitución Apostólica “Universi dominici gregis”, sobre la vacante de la sede apostólica, de Juan Pablo II”.

“La declaración del Papa es coherente con lo que él mismo había declarado en el libro-entrevista “Luz del mundo” a Peter Seewald, en el que hay dos preguntas precisas que se refieren a la hipótesis de dimisión. Seewald planteaba, en la primera de ellas, si, en el caso de situaciones difíciles, éstas pesaban sobre el pontificado en curso y si el Papa había pensado dimitir. La respuesta fue: “Cuando el peligro es grande no se puede escapar, por eso, seguramente, éste no es momento de dimitir” ( la referencia era a la cuestión de los abusos etc..). En momentos como éstos es cuando hay que resistir y superar la situación difícil. Esto es lo que pienso. Se puede dimitir en un momento de serenidad o cuando, simplemente, no se tienen fuerzas. Pero no se puede escapar en el momento del peligro y decir “que se ocupe otro”. Por lo tanto, el Papa decía que las dificultades no eran para él un motivo para dimitir, sino al contrario, para no dimitir. La segunda pregunta de Seewald : “¿ Entonces, se puede imaginar una situación en la que piense que es oportuno que un Papa dimita?”. La respuesta del Papa fue: “Cuando un Papa alcanza la clara conciencia de que ya no es física, mental y espiritualmente capaz de llevar a cabo su encargo, entonces tiene en algunas circunstancias el derecho, y hasta el deber, de dimitir".

El Santo Padre, ha explicado el director de la Oficina de la Santa Sede, “se trasladará a partir del 28 de febrero a Castelgandolfo, y, una vez terminados los trabajos en curso, al monasterio donde estaban las monjas de clausura en el Vaticano. Por otra parte, desde el primero de marzo, iniciará el proceso para la elección del nuevo Papa. No sabemos todavía, la fecha exacta del cónclave, pero obviamente, no pasarán los nueve días de luto (novendiali) por la muerte del pontífice; de ese modo, más o menos en dos semanas, en el mes de marzo, para Pascua, tendremos un nuevo Papa (...) Benedicto XVI no tendrá ningún papel en el cónclave del próximo mes de marzo , ni en la gestión de la Iglesia durante la sede vacante. La Constitución Apostólica no prevé que el Papa que dimite desempeñe algún papel”.

“Personalmente -ha concluido- he acogido el anuncio de la dimisión del Papa con una gran admiración, por su gran valor, por su libertad de espíritu y la gran conciencia de la responsabilidad por su ministerio. Benedicto XVI nos ha ofrecido un gran testimonio de libertad espiritual, de una gran sabiduría de los problemas del gobierno de la Iglesia en el mundo de hoy”.

EL CARDENAL SODANO: CERCANIA DEL COLEGIO CARDENALICIO AL PAPA

Ciudad del Vaticano, 11 febrero 2013 (VIS).-El cardenal Angelo Sodano, Decano del Colegio Cardenalicio, ha manifestado a Benedicto XVI su cercanía y la de todos los cardenales, al conocer la noticia de la renuncia del Papa al ministerio petrino.

“Le hemos escuchado- ha dicho- con una sensación de extravío y casi de incredulidad. En sus palabras hemos notado el gran afecto que siempre ha tenido por la Santa Iglesia de Dios, por esta Iglesia que ha amado tanto. Ahora, permítame decirle, en nombre de este cenáculo apostólico -el Colegio cardenalicio-, en nombre de estos queridos colaboradores suyos, que estamos más que nunca cerca de su persona, como hemos estado durante estos casi ocho años luminosos de su pontificado. El 19 de abril de 2005, si recuerdo bien, al final del cónclave, le pregunté (...) “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?” y Usted no tardó, emocionado, en responder diciendo que aceptaba, confiando en la gracia del Señor y en la intercesión maternal de María, Madre de la Iglesia. Como María, aquel día, Usted pronunció su “sí” e inició su luminoso pontificado en el surco de la continuidad, de esa continuidad con sus doscientos sesenta y cinco predecesores en la Cátedra de Pedro, a lo largo de dos mil años de historia, desde el apóstol Pedro, el humilde pescador de Galilea, hasta los grandes Papas del pasado siglo, de San Pío X al beato Juan Pablo II”.

“Santo Padre, antes del 28 de febrero, como Usted ha dicho, día en que desea poner la palabra “fin” a su servicio pontifical, llevado a cabo con tanto amor, con tanta humildad; antes del 28 de febrero, podremos expresarle mejor nuestros sentimientos; así harán también tantos pastores y fieles esparcidos por el mundo y tantos hombres de buena voluntad junto a las autoridades de tantos países... También, en este mes, tendremos la alegría de escuchar su voz de pastor: ya el miércoles de Ceniza, el jueves con el clero de Roma, en los ángelus de estos domingos, en las audiencias de los miércoles habrá tantas ocasiones de escuchar todavía su voz paternal... Su misión, sin embargo, continuará: Usted ha dicho que estará siempre cerca de nosotros con su testimonio y su oración. Si, las estrellas siguen siempre brillando en el cielo y así brillará en medio de nosotros, la estrella de su pontificado. Estamos cerca de Usted, Santo Padre, y le pedimos que nos bendiga”.

Texto íntegro del mensaje del Papa Benedicto XVI anunciando su renuncia a partir del 28 de febrero

«Queridísimos hermanos,

Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.

Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.

Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.

Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.

Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.

Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.

Vaticano, 10 de febrero 2013.»