En este día, memoria de Nuestra Señora de Lourdes y Jornada Mundial del Enfermo, durante el consistorio realizado en Roma para definir tres canonizaciones, S. S. Benedicto XVI anunció que, después de haber examinado reiteradamente ante Dios su conciencia, ha llegado a la certeza de que, por lo avanzado de su edad, ya no tiene fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, por lo que ha decidido renunciar libremente al ministerio de Obispo de Roma, de forma que desde el 28 de febrero próximo a las 20:00 hrs, la Sede de San Pedro quedará vacante y deberá convocarse el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
La Conferencia del Episcopado Mexicano agradece a Dios, rico en misericordia, el luminoso pontificado de S. S. Benedicto XVI, y expresa su profunda gratitud al Santo Padre por su fidelidad y su generosa entrega al servicio de la Iglesia universal, y por el amor y solicitud hacia el pueblo mexicano, particularmente manifestado en su inolvidable visita pastoral a nuestra nación.
La misma Conferencia invita a los católicos mexicanos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a unirnos en oración, para que el Señor recompense al Papa Benedicto XVI su servicio, y para que conceda a su Iglesia un nuevo Sumo Pontífice según su corazón.
El hecho de que la renuncia del Santo Padre se produzca en el Año de la Fe, nos confirma en la certeza de que es Jesús, que ha fundado su Iglesia, quien la guía; que –como ha dicho el Papa Benedicto XVI- estamos en las manos de Dios, y que esas son las mejores manos.
Encomendamos a Santa María de Guadalupe al Santo Padre, a la Iglesia universal, a la Iglesia que peregrina en México, y la elección del nuevo Vicario de Cristo.
Por los Obispos de México
+José Francisco, Cardenal Robles Ortega
Arzobispo de Guadalajara
Presidente de la CEM
+Eugenio Lira Rugarcía
Obispo Auxiliar de Puebla
Secretario General de la CEM
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