CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2011 (VIS).-Ofrecemos a continuación un resumen de los puntos centrales de la Exhortación Apostólica Post-sinodalAfricae Munus, presentada por el arzobispo Nicola Eterović, Secretario General del Sínodo de los Obispos.
La exhortación se compone de dos partes. En la primera parte (nn. 14-96), se disciernen las estructuras base de la misión eclesial en el continente que aspira a la reconciliación, la justicia y la paz, y que tiene como fuente, la persona de Jesucristo. Escuchándole, los cristianos están invitados a dejarse reconciliar con Dios (cf. 2 Cor 5, 20b), a ser justos para construir un orden social justo, de acuerdo con la lógica de las Bienaventuranzas, comprometiéndose en el servicio fraterno por amor a la verdad, fuente de la paz. Por lo tanto, también se indican los campos para la reconciliación, la justicia y la paz, como una verdadera conversión, la celebración del Sacramento de la Reconciliación, una espiritualidad de comunión, la enculturación del Evangelio, la protección de la vida, los migrantes, los prófugos y los refugiados, el buen gobierno de los Estados, el diálogo ecuménico e interreligioso, especialmente con las religiones tradicionales y el Islam. En la segunda parte (nn. 97-177), todos los miembros de la Iglesia son invitados a contribuir a la paz y a la comunión en la Iglesia y en la sociedad. También se muestran las áreas de apostolado: la Iglesia como presencia activa y eficaz de Jesucristo; el mundo de la educación, de la salud y los medios de comunicación. La exhortación abre los horizontes de la esperanza a África que, acogiendo a Jesucristo debe emanciparse de las fuerzas que la paralizan.
“Africae Munus” se encuentra en continuidad con Ecclesia in Africa, fruto de la I Asamblea Especial para África, que dio un gran impulso al crecimiento de la Iglesia en África, desarrollando, entre otras cosas, la idea de Iglesia Familia de Dios, para el beneficio de la Iglesia universal. “Africae Munus” quiere reforzar ese dinamismo eclesial, indicando el programa de la actividad pastoral en las próximas décadas de la evangelización del gran continente africano, haciendo hincapié en la urgente necesidad de la reconciliación, la justicia y la paz.
La Iglesia, sacramento de la unión con Dios y con los hombres, debe ser el lugar de la reconciliación, don de Dios, para ser un instrumento eficaz de la justicia y la paz de toda la sociedad. La reconciliación proviene del misterio de Jesucristo resucitado, presente en su Iglesia a través de la Palabra de Dios y los Sacramentos, especialmente la Reconciliación y la Eucaristía. En la gracia del Espíritu, la Eucaristía establece una nueva hermandad que trasciende idiomas, culturas, grupos étnicos, divisiones, tribalismo, racismo y etnocentrismo. En su obra de evangelización y educación en la fe cristiana, la Iglesia debe poner el acento en una catequesis vivida que conduzca a una conversión profunda y a un compromiso efectivo de vivir el Evangelio a nivel personal familiar y social. Para apoyar la promoción humana, es de gran ayuda la Doctrina Social de la Iglesia.
“Africae Munus” ofrece a la Iglesia en África guías prácticas para la actividad pastoral en las próximas décadas.
- Sigue siendo urgente la evangelización ad gentes en África, el anuncio del Evangelio a quienes todavía no conocen a Jesucristo. Es la prioridad pastoral que involucra a todos los cristianos de África.
- También se debe animar, cada vez mejor, la evangelización ordinaria en las respectivas Iglesias particulares, comprometiéndose en promover la reconciliación, la justicia y la paz.
- Urge también trabajar por la nueva evangelización en África, especialmente de aquellos que se han apartado de la iglesia o no siguen la conducta cristiana. Los cristianos africanos, en particular el clero y los miembros de la vida consagrada, están llamados a apoyar la nueva evangelización también en los países secularizados. Se trata de un intercambio de dones, dado que misioneros africanos ya actúan en los países de los cuales vinieron los misioneros a anunciar la Buena Nueva en África.
Entre las diversas propuestas operativas de “Africae Munus” hay que señalar:
- Los santos, personas reconciliadas con Dios y con el prójimo, son los artífices ejemplares de la justicia y los apóstoles de la paz. La Iglesia -cuyos miembros están llamados a la santidad- debe encontrar un nuevo fervor, propio de los numerosos santos y mártires, confesores y vírgenes del continente africano, cuyo culto es necesario renovar y promover (véase AM 113).
- Para tener más ejemplos actuales y, además, nuevos intercesores en el cielo, se insta a los pastores de las Iglesias particulares a “identificar aquellos siervos africanos del Evangelio que pueden ser canonizados según las normas de la Iglesia” (AM 114).
- Asimismo, se deben fortalecer ulteriormente los vínculos de comunión entre el Santo Padre y los Obispos de África, así como entre los obispos del continente a nivel nacional, regional y continental.
- Se espera que “los Obispos se comprometan ante todo a promover y sostener efectiva y afectivamente el Simposium de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar (SECEAM) como una estructura continental de solidaridad y comunión eclesial.” (AM 107).
- Para profundizar en el misterio de la Eucaristía y para aumentar la devoción a la Eucaristía, se respalda la propuesta de los Padres sinodales para celebrar un Congreso Eucarístico Continental (ver AM 153).
- Se anima a la celebración anual en distintos países africanos de “un día o una semana de reconciliación, particularmente durante el Adviento o la Cuaresma”. (AM 157).
- De acuerdo con la Santa Sede, el SECEAM podría contribuir al lanzamiento de un “Año de la reconciliación de alcance continental, para pedir a Dios un perdón especial por todos los males y ofensas que los seres humanos se han infligido en África unos a otros, y para que se reconcilien las personas y los grupos que han sido heridos en la Iglesia y en el conjunto de la sociedad” (AM 157).
La Iglesia en África, grata por el don de la fe en el Dios Uno y Trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se compromete con renovado impulso en la evangelización y en la promoción humana, para que todo el continente se transforme en un vasto campo de reconciliación, de justicia y de paz. De esta manera, la Iglesia contribuye a forjar a la nueva África, llamada a ser cada vez más "pulmón espiritual" de la humanidad.
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