La Conferencia del Episcopado Mexicano condena los terribles asesinatos de un sacerdote y dos seminaristas ocurridos el pasado sábado 13 de junio en la Ciudad de Arcelia, Guerrero.
Enviamos nuestras condolencias a Mons. Maximino Martínez Miranda, Obispo de Ciudad Altamirano, al Seminario y las familias que sufren esta pena y la irreparable pérdida de sus seres queridos.
Condenamos también la violencia que está azotando a nuestro país y exigimos a las autoridades correspondientes, de todos los niveles de gobierno, realicen una pronta investigación y encuentren a los responsables de este cobarde crimen.
Desde nuestra fe, manifestamos la certeza de que el Padre Habacuc Hernández, responsable de vocaciones y los seminaristas Eduardo Oregón Benítez y Silvestre González, gozan ya en la presencia del Padre celestial.
Pedimos a toda la Iglesia unirnos en oración por la Diócesis, el Seminario y las familias para que el Señor les dé fortaleza y pronto consuelo.
+ José Leopoldo González González.
Obispo Auxiliar de Guadalajara
Secretario General de la CEM
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