SAN JUAN DIEGO
Juan Diego mensajero de María fue escogido para una misión difícil, la lleva a cabo hasta el final y ve coronado su esfuerzo con envidiable éxito.
De origen chichimeca nace en Cuautitlán en el barrio de Tlayac en 1474; su nombre indio antes de ser bautizado fue Cuauhtlatoatzin que significa: “señor que habla como águila”.
Lo bautizó el P. Motolinia y le impuso el nombre de Juan Diego y éste es el que transmite el gran mensaje de “su hija la más pequeña”, Santa María de Guadalupe.
Fue casado con una india llamada María Lucía, la cual murió en 1529.
A los 57 años de edad, el día 9 (dos veces), 10 y 12 de diciembre de 1531 se le apareció la Virgen María en el cerro del Tepeyac. Ella le dio un mensaje para que se lo llevará al obispo electo de ese entonces Fray Juan de Zumárraga.
El 12 de diciembre de 1531 la Santísima Virgen de Guadalupe dejó su imagen estampada en el ayate de Juan Diego que extendió ante la presencia de Fray Juan de Zumárraga. Fue colocada, días después, en una ermita de adobe en el cerro del Tepeyac.
Los últimos 16/17 años de su vida, Juan Diego cuidó ejemplarmente la imagen de Santa María de Guadalupe en la ermita del Tepeyac. Murió con fama de santidad a los 74 años el 9 de junio de 1548. Se tiene noticia de que fue enterrado en la ermita que se construyó en 1531.
La tarde del 6 de mayo de 1990, México se llenó de hondo y emocionado júbilo porque el Papa Juan Pablo II a los pies del ayate en que se pintó María, estaba beatificando al confidente de la señora que con tanta entrega realizó su mandato de llevar hasta el Sr. Obispo Zumárraga la súplica de un templo en el Tepeyac. Canonizado el 31 de julio del año 2002, en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.
Virtudes de Juan Diego:
Hombre de gozo interior, con dominio emocional, de firme carácter, obediente, honesto, casto; hombre de recto proceder, maduro para actuar, tenaz y perseverante para cumplir con sus compromisos; hombre humilde, grato, respetuoso y consciente de alto honor; hombre que se ocupa de cosas espirituales y que barría la ermita, se postraba con devoción delante de la Imagen de Guadalupe y la invocaba, frecuentemente se confesaba, comulgaba, ayunaba, hacía penitencia y se disciplinaba; hombre de oración constante; hombre de fe: entregado al servicio de Dios y de María Santísima; hombre de esperanza que buscaba las cosas de Dios; hombre de caridad que enseñaba con palabras y ejemplos; hombre de alegría, que con prontitud y sacrificio asistía a la doctrina; hombre pobre de espíritu y de bienes materiales; hombre justo y practicante de la justicia; hombre de paz espiritual; hombre prudente en sus palabras y acciones.
Juan Diego mensajero de María fue escogido para una misión difícil, la lleva a cabo hasta el final y ve coronado su esfuerzo con envidiable éxito.
De origen chichimeca nace en Cuautitlán en el barrio de Tlayac en 1474; su nombre indio antes de ser bautizado fue Cuauhtlatoatzin que significa: “señor que habla como águila”.
Lo bautizó el P. Motolinia y le impuso el nombre de Juan Diego y éste es el que transmite el gran mensaje de “su hija la más pequeña”, Santa María de Guadalupe.
Fue casado con una india llamada María Lucía, la cual murió en 1529.
A los 57 años de edad, el día 9 (dos veces), 10 y 12 de diciembre de 1531 se le apareció la Virgen María en el cerro del Tepeyac. Ella le dio un mensaje para que se lo llevará al obispo electo de ese entonces Fray Juan de Zumárraga.
El 12 de diciembre de 1531 la Santísima Virgen de Guadalupe dejó su imagen estampada en el ayate de Juan Diego que extendió ante la presencia de Fray Juan de Zumárraga. Fue colocada, días después, en una ermita de adobe en el cerro del Tepeyac.
Los últimos 16/17 años de su vida, Juan Diego cuidó ejemplarmente la imagen de Santa María de Guadalupe en la ermita del Tepeyac. Murió con fama de santidad a los 74 años el 9 de junio de 1548. Se tiene noticia de que fue enterrado en la ermita que se construyó en 1531.
La tarde del 6 de mayo de 1990, México se llenó de hondo y emocionado júbilo porque el Papa Juan Pablo II a los pies del ayate en que se pintó María, estaba beatificando al confidente de la señora que con tanta entrega realizó su mandato de llevar hasta el Sr. Obispo Zumárraga la súplica de un templo en el Tepeyac. Canonizado el 31 de julio del año 2002, en la Insigne y Nacional Basílica de Santa María de Guadalupe.
Virtudes de Juan Diego:
Hombre de gozo interior, con dominio emocional, de firme carácter, obediente, honesto, casto; hombre de recto proceder, maduro para actuar, tenaz y perseverante para cumplir con sus compromisos; hombre humilde, grato, respetuoso y consciente de alto honor; hombre que se ocupa de cosas espirituales y que barría la ermita, se postraba con devoción delante de la Imagen de Guadalupe y la invocaba, frecuentemente se confesaba, comulgaba, ayunaba, hacía penitencia y se disciplinaba; hombre de oración constante; hombre de fe: entregado al servicio de Dios y de María Santísima; hombre de esperanza que buscaba las cosas de Dios; hombre de caridad que enseñaba con palabras y ejemplos; hombre de alegría, que con prontitud y sacrificio asistía a la doctrina; hombre pobre de espíritu y de bienes materiales; hombre justo y practicante de la justicia; hombre de paz espiritual; hombre prudente en sus palabras y acciones.
Oración a San Juan Diego
Señor y Dios nuestro,
que por medio de San Juan Diego
quisiste manifestar a tu pueblo
el amor de la Virgen,
Santa María de Guadalupe,
concédenos, por la intercesión,
de tu humilde siervo
que, dóciles al consejo y ejemplo
de la Madre de tu Hijo y madre nuestra
hagamos siempre
y en todo tu santa voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos..
que por medio de San Juan Diego
quisiste manifestar a tu pueblo
el amor de la Virgen,
Santa María de Guadalupe,
concédenos, por la intercesión,
de tu humilde siervo
que, dóciles al consejo y ejemplo
de la Madre de tu Hijo y madre nuestra
hagamos siempre
y en todo tu santa voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos..
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