viernes, 3 de julio de 2009

Mensaje con motivo del Año Sacerdotal de Mons. Mario De Gasperín Gasperín


Con ocasión del 150 aniversario de la muerte del santo Párroco de Ars, san Juan María Vianney, el santo Padre Benedicto XVI ha proclamado, para toda la Iglesia, un “Año Sacerdotal”.

Comenzó ya el 19 de junio, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, porque, como afirmaba el santo Párroco de Ars, “el sacerdocio es un regalo del Corazón de Jesús a la Iglesia”. Y también lo es para el mundo.

En efecto, del Corazón abierto y traspasado de Jesús, brotó la Iglesia, brotó la Eucaristía y brotó el Sacerdocio, sin el cual no hay ni Iglesia ni Eucaristía. La Iglesia vive de la Eucaristía y es el sacerdote quien celebra la santa Eucaristía. Iglesia, Eucaristía y Sacerdocio no se pueden separar.

El Papa invita a toda la Iglesia a que reflexione, estime y agradezca a Dios el don del Sacerdocio. Pide también a los sacerdotes que, a ejemplo de Cristo, nuestro Gran Sacerdote, sean fieles a su misión de entregar sin reservas la vida por sus hermanos.

Es verdad, decía el santo Párroco de Ars, que sólo en el cielo comprenderemos la grandeza del Sacerdocio cristiano; por eso el Papa Juan Pablo II lo llamaba “Don y Misterio”, regalo incomprensible de Dios a la Iglesia y al mundo. Los numerosos sacerdotes santos nos acercan a la comprensión de ese misterio.

Durante este “Año Sacerdotal” reflexionaremos y, sobre todo, agradeceremos a Dios el regalo de los sacerdotes, por cuyas manos llegan a nosotros las bendiciones del cielo, comenzando por la fe. Oremos por nuestros sacerdotes. Muchas gracias.



+ Mario De Gasperín Gasperín
Obispo de Querétaro

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