Me dirijo a ustedes, jóvenes italianos, que nos están siguiendo en directo desde el Maracanazinho. Sé que están reunidos en ambiente festivo con muchos brasileños de origen italiano y con sus obispos para reflexionar sobre la persona de Jesús y sobre las respuestas que sólo Él puede dar a sus interrogantes de fe y de vida. Fíense de Cristo, escúchenlo, sigan sus huellas. Él no nos abandona nunca, ni siquiera en los momentos más oscuros de la vida. Él es nuestra esperanza. Mañana en Copacabana tendremos la oportunidad de profundizar en esta verdad, para hacer luminosa la vida. Hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario sobre este artículo u oración, nos será de gran utilidad