martes, 19 de mayo de 2009

Mensaje de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación para la 43 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2009.


Mensaje de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación para la 43 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2009.

"Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad."



Ante las hondas transformaciones en los modelos de comunicación actuales, la Iglesia tiene el deber de aprender los nuevos protocolos comunicativos y los nuevos lenguajes de la cultura digital para lograr un mejor diálogo con la humanidad.

Los jóvenes actuales, como nativos digitales son poseedores del idioma de la tecnología digital, por lo que hablan y se relacionan de una manera muy diferente a como lo hacen las generaciones que crecieron sin estas técnicas, convirtiéndolos en migrantes digitales, cuyo esquema de comunicación es sin lugar a dudas más simple.

Este colosal avance de la cultura mediática, producto de los revolucionarios cambios tecnológicos y los procesos de globalización, son el campo para la evangelización de un mundo en constante cambio cultural.

La Internet es sin duda una de las herramientas más valiosas y completas que han hecho posible el surgimiento de aldeas, colonias y comunidades digitales, que día con día atraen a millones de nuevos usuarios.

El Documento de Aparecida reconoce la importancia de esta valiosa invención de la técnica y nos exhorta a tener confianza en ella, no como un fin en sí mismo, sino como un medio, que pueda ofrecer excelentes oportunidades de evangelización, actuales y eficaces.

Ante la proximidad de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el mensaje del Papa Benedicto XVI “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo y amistad”, exhorta a la Iglesia a encarar el reto de entender y asumir el efecto que las nuevas tecnologías digitales están provocando en las relaciones humanas.

La tarea principal de la Iglesia es la evangelización: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura” Mt 28,18.

Así lo hizo Jesús “el perfecto comunicador”, como lo señala Communio et progressio, que hablaba “al modo de la gente”, usando el lenguaje y las imágenes que sus contemporáneos pudieran comprender, aludiendo a situaciones de la vida cotidiana agrícola y popular.

Como Iglesia, tenemos una gran tarea pendiente en nuestros días: saber a quién nos dirigimos y acertar con el lenguaje adecuado para cada uno. Muchos jóvenes de hoy no han oído la historia de Jesús, no saben quién es Poncio Pilato, y mucho menos qué es una diócesis o qué papel tienen los obispos. Han visto al Papa por televisión, pero ignoran muchas cosas sobre la fe de la Iglesia, no digamos sobre sus estructuras o su historia. Con un agravante: la sociedad actual no es una multitud “neutral”: gran parte de ella es post-cristiana, cree que entiende el cristianismo y lo rechaza como resultado de malas experiencias o desinformación.

No podemos hablar a toda la gente “como si estuvieran informados”, “como si tuvieran fe”, como se habla a los que ya han optado por Cristo.
No debemos tener miedo ni a los medios ni a los que hacen mal uso de ellos para lanzar polémicas y escándalos. Hay que usar la radio y la televisión, prensa y la internet.

Esta novedad de método esconde un peligro: el creer que son los instrumentos los que hacen la evangelización. A muchos jóvenes sacerdotes les gusta aprender a manejar cámaras y a tener los medios más sofisticados, computadoras, presentación de Power Point. Evangelizar en los medios no es saber manejar aparatos sino predicar con pasión la Buena Nueva de Cristo. Por más medios sofisticados que se tengan sin lo anterior no hay evangelización.

Las páginas religiosas en Internet son numerosas, pero “¿nos encontramos ante verdaderos sitios religiosos o ante creaciones consumísticas hechas a la medida del hombre de hoy?” En muchos sitios-webs, aparentemente religiosos, sólo encontramos una pseudosacralidad. En Internet nada es absoluto, ni siquiera la verdad.

Por ello, hoy más que nunca es una necesidad evangelizar desde los medios de comunicación, pues si verdaderamente la Iglesia tiene conciencia de lo que el Señor quiere que sea, surge de ella una singular plenitud y una necesidad de efusión, con la clara advertencia de una misión que la trasciende y de un anuncio que debe difundir. Es el deber de la Evangelización. Es el mandato misionero.

Aventurémonos, sin miedo, a encarar esta nueva cultura digital y saquemos provecho de todo lo que hay en los medios de comunicación para hacer de nuestra tarea de evangelización un pilar importante de las culturas mediáticas de hoy, mañana y siempre.


+ Teodoro Enrique pino Miranda.
Obispo de Huajuapan de León, Oaxaca.
Presidente de la Comisión Episcopal para la Pastoral de la Comunicación.

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