León J. Saldarriaga López | Medellín | Publicado el 20 de agosto de 2012
Con indignación y tristeza, reaccionaron habitantes de Valparaíso ante la destrucción de una imagen de la Virgen de Lourdes que por más de 80 años permaneció en una gruta, a orillas de la carretera que comunica a este municipio con la Troncal de Occidente, en La Pintada.
El inexplicable ataque fue protagonizado por el propietario del predio, en cuyo lindero está la gruta que alberga la imagen religiosa, porque no quiso aceptar su presencia en el lugar.
"Uno siente una tristeza inmensa, no se alcanzan a medir las palabras de lo que se siente ver desaparecer un patrimonio de estos", manifestó Ligia Henríquez, líder de la comunidad, quien contó que apenas quedó un pedazo de la cabeza en el lecho de la quebrada Sabaletas, de donde la recogió una señora del sector para que no se la llevara la corriente.
Toda una historia
La imagen de la Virgen y el pastorcito -evocó- tiene más de 80 años y a los niños de su época los llevaban de la escuela en romería a rezar el rosario en los meses de mayo, en plena apertura de la vía.
"Cuando se terminó la carretera, los conductores paraban, rezaban y encomendaban el viaje", dijo.
Eran los tiempos en que Juan Pablo Martínez, entonces capataz de la obra en construcción –recordó su hija Alicia-, recogía un aporte de los trabajadores en cada pago, y con lo recolectado se compró la imagen y se levantó la gruta de piedra en la zona de retiro de la carretera.
Dolido por lo que consideró una ofensa al sentimiento religioso, Manuel Torres expresó que "ese señor pudo haber dicho que no la quería o que se la llevaran de allí, y le hubiéramos buscado otro sitio o me la traía para la casa, pero cómo así que sale a darle almadana".
Se hará reparación
El sacerdote Nelson Mesa Posada, párroco de Valparaíso, a quien le ha tocado calmar los ánimos enardecidos de la comunidad, consideró que la destrucción de la imagen es un acto es de intolerancia religiosa, y en parte, de superstición.
Lo primero, por el irrespeto a las creencias ajenas y porque, según testimonios expresados en el lugar, un visitante le habría dicho al propietario que "ese bulto de cemento es la sal para la finca" y lo azuzó.
"Él, sin consultar a nadie ni a vecinos ni al sacerdote, la derribó. Eso causó rechazo, indignación y rabia en la gente. Gracias a Dios nadie vio ese atropello porque habrían reaccionado de otra manera", afirmó.
El rechazo -añadió- fue unánime porque se atropelló algo sagrado como es el sentimiento religioso de un pueblo, algo que la gente no acepta, pero exhortó a los más indignados para "no responder con la misma moneda".
La comunidad no se quiere quedar callada, dijo, ante lo cual monseñor Roberto López, obispo de la Dióceis de Jericó, enterado de los hechos, ordenó un acto de reparación, que se cumplirá este martes a las 6:00 p.m.
Posada explicó que se hará una procesión desde el templo hasta la gruta (en la carretera), donde se rezará el rosario y se oficiará una eucaristía "para reparar el acto de profanación".
Por ahora la gruta sigue vacía, pero los peregrinos no dejan de visitarla para pedir a la Virgen de Lourdes su intercesión ante el Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario sobre este artículo u oración, nos será de gran utilidad