Ciudad de México, 16 de septiembre de 2008
Los Obispos de México con pesar y tristeza nos solidarizamos con el pueblo de Michoacán y su gobierno, y con las familias que sufren por sus muertos y heridos a causa del atentado terrorista perpetrado la noche de ayer durante la celebración del Grito de Independencia en el centro de Morelia. Condenamos este acto de terrorismo y violencia en contra del pueblo michoacano que también lo es contra México entero..
El derramamiento de sangre jamás será el camino para escuchar ni atender los reclamos o las diferencias de quienes aterrorizan al país, mucho menos cuando se atenta en contra de los civiles, de las familias mexicanas y de gente inocente. Pero debe ser una vez más la ocasión para unirnos como sociedad y manifestar la exigencia de hacer realidad el Acuerdo Nacional por la Seguridad.
Nuestro País necesita una clara estrategia de coordinación nacional que permita la interacción de todos los cuerpos policiacos bajo un solo mando, que utilice con los avances de la tecnología actual la necesaria información para conocer a los que son contratados para servir como miembros de las fuerzas de seguridad, como también para tener a la mano la información precisa de los que han cometido algún delito y sirven a la delincuencia organizada.
El derramamiento de sangre jamás será el camino para escuchar ni atender los reclamos o las diferencias de quienes aterrorizan al país, mucho menos cuando se atenta en contra de los civiles, de las familias mexicanas y de gente inocente. Pero debe ser una vez más la ocasión para unirnos como sociedad y manifestar la exigencia de hacer realidad el Acuerdo Nacional por la Seguridad.
Nuestro País necesita una clara estrategia de coordinación nacional que permita la interacción de todos los cuerpos policiacos bajo un solo mando, que utilice con los avances de la tecnología actual la necesaria información para conocer a los que son contratados para servir como miembros de las fuerzas de seguridad, como también para tener a la mano la información precisa de los que han cometido algún delito y sirven a la delincuencia organizada.
Llamamos a las autoridades de todos los gobiernos, a los legisladores y a los políticos de todos los Partidos, a que velen con firmeza y decisión la aplicación del Acuerdo Nacional para la Seguridad, y busquen con más empeño las iniciativas que prevengan estos horrendos crímenes.
La violencia solo genera violencia. Hacemos un llamado enérgico a la civilidad, a la razón, a que se respeten la paz y las garantías de libertad y justicia en nuestra Patria.
Invocamos la ayuda de Santa María de Guadalupe, Madre de todos los mexicanos, para que consuele a los deudos de quienes han muerto y fortalezca a los familiares de los heridos, y a todos nos dé la convicción de que estamos llamados por Dios para convivir en armonía y en paz.
Por los Obispos de México.
+ Carlos Aguiar Retes
Obispo de Texcoco
Presidente de la CEM
+ Leopoldo González González
Obispo Auxiliar de Guadalajara
Secretario General de la CEM
© 2008 CEM :: CONFERENCIA DEL EPISCOPADO MEXICANO
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