martes, 9 de marzo de 2010

Señor, me creía solo


Yo no te había visto, me creía solo, solo en mi sufrimiento, solo en mi soledad. Y he aquí que la carga parece menos pesada a mis espaldas y sobre todo a mi alma. Y he aquí que mi mano se sentía arrastrada como por otra mano. Y he aquí que ya no estaba solo. Tú estabas allí. Señor, pálido, cansado, jadeante, abandonado como yo...por mí.

Y tu llevabas tu Cruz, una cruz mucho más pesada que la mía; y tú me ayudabas...Al
principio no te había visto. Y cuando me siento terriblemente cansado, tampoco te veo y me lamento. Y sin embargo Tú estás allí. Señor, transforma todos mis sufrimientos. Dios mío,deposito a tus pies mi carga, mis dolores, mis tristezas y mis sacrificios. Transforma todas mis pruebas en gozo y santidad, a favor de los que amo; en gracias para las almas, en preciosos dones para tu Iglesia. Amén.

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